Demodé: Galicismo (es decir, procedente del francés) que quiere significar que algo está pasado de moda. Es un barbarismo que indica la notable pedantería del personajillo que hace la gracia de utilizarlo.
La producción intelectual del Presidente del Gobierno de España no deja de sorprendernos. Cada día que pasa, es capaz de sacar de la más absoluta de las nadas, alguna tontería a la que se le otorga ipso facto categoría intelectual. Paz, ciudadanía y talante es el nuevo trilema zapateril con el que amenaza con continuar su magna obra gubernativa. Al margen de los ribetes que apuntan a una especie de revolucionario francés demodé y ligth, lo cierto es que tenemos un Presidente capaz de defender la nada, revistiéndola hasta el absurdo.
Paz: ¿Acaso hay alguien que esté en sus cabales y que no defienda la paz como meta suprema de las relaciones internacionales? Ciudadanía y talante: Bueno, ésto ya es cien por cien firma zapateril. La ciudadanía como triunfo de la democracia y el talante como herramienta imprescindible. Muy bien, pero todo ésto, ¿para qué?: ¿para formar una superalianza universal de las civilizaciones? Es increíble; de verdad.
Pero no termina ahí la cosa. Zetapé nos ha dejado en la Casa de América, la frase progre del día: Tras ocho años de derechas hemos tenido uno de derechos. Muy gracioso. Nos desternillamos de la risa. Éste, y no otro, es el verdadero talante del Presidente del Gobierno. Los derechos, son cosas de la izquierda. Cuando gobierna la derecha, no hay derechos. Ésta mentalidad tan extendida entre la clase política republicana (Casares Quiroga, Manuel Azaña, Marcelino Domingo...) no puede tener otro calificativo que jacobina. Sólo puede gobernar la izquierda, porque con la derecha no hay derechos. ¿Cabe mayor sectarismo?
Autor: Smith
Publicado el 14 de marzo de 2005
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