miércoles, 20 de diciembre de 2017

Libertad en un marco político estable


Nos toman por tontos. El nacionalismo moderado vasco (perdonen otra vez esta contradictio in terminis) y los socialistas federalistas deben confiar en la supina ignorancia del españolito medio. Puede que, en el País Vasco, donde las ubres administrativas y el hinchado entramado de intereses montado alrededor del mundo político-económico nacionalista, su discurso siga teniendo el calado necesario para que los fabricantes del bucle melancólico sigan manteniéndose en el Poder in aeternum. Pero que no pretendan engañar a cualquier liberal, a cualquier constitucionalista medianamente avezado.


- Lo primero que es necesario para que Vasconia sea considerada en serio, desde el punto de vista democrático, es que allí exista Libertad: o sea, que desaparezca ETA y todo lo que rodea a ETA, que no es poco. Y como de ésto ya hemos hablado en otras ocasiones pasemos directamente al punto segundo:

- que allí exista un marco político estable. Y ese marco no puede ser otro que el Estatuto, a nivel regional, y la Contitución, a nivel nacional. O estatal, como prefieran. Decimos que nos deben tomar por tontos quienes como el Lehendakari, pretenden cambiar el Estatuto sin previo consenso con el resto de fuerzas políticas y, un tal P-a-t-x-i, cuyo programa electoral se condensa en estas cinco letras del alfabeto euskaldún. Bien, ¿qué se han pensado estos señores?: ¿que se puede estar cambiando de reglas de juego cada 25 años? ¿Acaso en EEUU o Francia se plantean modificar sus respectivas constituciones los años bisiestos o cada vez que hay jubileo?

Nos toman por tontos. Cuando se aprobó el actual Estatuto Vasco, además de existir un consenso en torno al mismo, que hoy en día no existe, ese Estatuto, lo era de prácticamente todos. Igualito, igualito que los planes Ibarretxe y Patxi, que por sectarios, hasta el nombre de sus promotores lleva. María San Gil ha dicho certerísimamente que el marco de convivencia no puede jugarse en todas las elecciones. Desde luego no hay sociedad política que resista una continua puesta en juego de su propia existencia. Nosotros queremos dejar una pregunta en el aire para el candidato socialista: ¿acaso cree Vd. que el PNV, una vez aprobado el Plan de su imán Ibarretxe, no iba a estar al día siguiente reclamando más y más hasta llegar a la independencia? No, ¿verdad? Entonces, ¿a qué sucio juego juegan ustedes, socialistas vascos, socialistas anticonstitucionalistas? Nos toman por imbéciles.

Autor: Smith
Publicado el 9 de abril de 2005

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