sábado, 30 de diciembre de 2017

La bobada de Boada



Esta semana, la Plaza Real de Barcelona fue escenario de la presentación del Manifiesto Por un nuevo partido político en Cataluña, un texto impulsado por un grupo de intelectuales catalanes, que busca denunciar la imposición del nacionalismo en todas las fuerzas políticas de esta comunidad y la necesidad de crear un nuevo partido que no comulgue con las tesis catalanistas.


Como punto de partida de su denuncia, el manifiesto señala lo siguiente: "Después de 23 años de nacionalismo conservador, Cataluña ha pasado a ser gobernada por el nacionalismo de izquierdas. No ha cambiado nada sustantivo". Cualquier persona medianamente razonable suscribiría esta realidad, por otra parte, tan palmaria como lamentable.

Ahora bien. Sucede que, en el machito del Gobierno de la Generalidad, se han "montado" -el escandaloso reparto de cargos entre familiares de los dirigentes de estos partidos nos empuja a utilizar este verbo- una serie de partidos políticos (socialistas, comunistas y esquerristas), cuya vocación totalitaria no pueden esconder, entre otras cosas, porque nunca lo han hecho. Está claro que la aparición de un manifiesto de una serie de intelectuales, aunque no se esté de acuerdo, al menos habría que calificar como positivo, porque contribuye claramente a enriquecer las distintas visiones de la realidad catalana. Al menos, en una democracia, debiera pensarse en esta dirección.

Apenas pasaron unas horas para que algunos de los firmantes del manifiesto, como Albert Boadella, recibieran amenazas de muerte a través de Internet, poniendo en evidencia la escalada de integrismo hipernazi que vive la sociedad catalana. Asimismo, como ya apuntamos en nuestra bitácora, (y aunque prometimos no acordarnos nunca más de este sujeto, lo volvemos a sacar a colación nuevamente), el portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, recomendó a sus socios de Gobierno del PSC que pusieran "orden y contención" en sus bases y atendieran la "fuga" de socialistas hacia el partido antinacionalista que impulsan estos intelectuales. El tal Ridao tuvo la desfachatez de llamar lerrouxistas a los socialistas no nacionalistas, o sea a los socialistas a secas, que quieren sacar a Cataluña del marasmo en el que está siendo sumergida por el megalomanismo del PSC-ERC-ICV.

Tienen gracia las alusiones a Lerroux por parte de Ridao. La Esquerra pretende darnos lecciones de democracia a todos los españoles. Ellos, que jamás han creído en ella. Ahora aluden a razones "democráticas" y de "republicnismo" para hincar el diente a los papeles del Archivo de la Guerra Civil sito en Salamanca. Saben que los Zapatero y Caldera no son hombres de palabra, sino de Poder. Quieren el Poder, a costa de lo que sea y la Esquerra es consciente de ello.

Pero... para desgracia de la Esquerra, todavía existen unos objetos compuestos de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. Se llaman libros. Y miren con lo que nos hemos encontrado: con una declaración del consejero de la Gobernación de la Generalitat, José Dencàs Puigdollers. Según sus propias palabras, las milicias nacionalistas uniformadas, los famosos escamots o camisas verdes de la Generalidad, fueron instruidas para implantar la revolución socialista-separatista de 1934 y obedecer los anhelos "populares" antigubernamentales. Bien, decía también el brazo derecho de Companys lo siguiente: <i>“¿Soy comunista? ¿Soy fascista? Yo mismo no lo sé. De lo que sí me doy cuenta es de que, para triunfar, toda línea política necesita mover las fuerzas de la juventud, darles una mística, una disciplina que las lleve a entrar en acción. Es lo que quiero yo hacer en Cataluña. Quiero escapar de los anticuados moldes del ideal republicano… Lo que quiero es formar un movimiento político fuerte y ardiente basado en dos principios fundamentales: nacionalismo y socialismo”. Tres claves de la Segunda Republica, la cuestión agraria, los aparatos del Estado, Frente Popular. Fuente: Antonio Tuñón de Lara, Madrid : Alianza, D.L. 1985.

Ya han visto, amigos lectores: Dencàs en estado puro. En estado nacionalsocialista. ¿Y acaso no es ésto la Esquerra de hoy, una amalgama de socialismo y nacionalismo excluyente que no deja el más mínimo resquicio para que opinen, no ya los adversarios políticos, sino los intelectuales?

Venía ésto a colación de la última tontería</a> de un miembro del tripartito. Un tal Joan Boada, que tras aplicar la máxima de Jean-Françoise Revel, "la mentira mueve el mundo", y negar cualquier "deriva nacionalista" en el gobierno de la Generalitat, ha afirmado que el manifiesto firmado por Félix de Azúa, Alberto Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada, Teresa Giménez Barbat, Ana Nuño, Félix Ovejero, Félix Pérez Romera, Xavier Pericay, Ponç Puigdevall, José Vicente Rodríguez Mora, Ferran Toutain, Carlos Trías, Ivan Tubau y Horacio Vázquez Rial, responde a una "maniobra de carácter lerrouxista". La bobada de Boada no puede ser mayor. Boada no tiene la menor idea de quién fue ni qué representó Lerroux. Y desde luego que, aplicar definiciones de este calibre, cuando si en Cataluña alguien no defendió la democracia durante la II República fueron los socialistas, comunistas y esquerristas de ayer... y de hoy, supone una bobada de tal magnitud, que no merece la pena comentar mucho más, porque al verdirojo Boada le daríamos más categoría de la que tiene.

Autor: Smith
Publicado el 9 de junio de 2005

Nota del compilador: Tras 11 años como diputado en el Parlamento de Cataluña, en 2017 Boada abandonó la política y regresó a su trabajo como profesor de Instituto.

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