domingo, 24 de diciembre de 2017

Emoción ante Unamuno

Unamuno, uno de las grandes pensadores de nuestra patria, para quien "...lo importante, lo trascendente, es España...".
Hoy he leído en PRNoticias la reseña de un nuevo libro del que se extrae un pasaje que me ha llegado a emocionar. Se trata de “El otro Franco”, cuyo autor es Julio Merino y lo edita Espejo de Tinta, una editora poco conocida. Si se busca en Internet puede verse que radica en Madrid y, por el momento, posee un fondo editorial más bien reducido: Una veintena de títulos entre los que abundan los temas de actualidad y política.

El libro, como se deduce fácilmente por su título, trata sobre Franco en sus aspectos menos conocidos. De entrada, con otras palabras, viene a decirse que el dictador no fue ese personaje tan falto de cultura como se asegura. Antes de la Guerra Civil, Franco mantenía alguna relación con al menos una docena de intelectuales de primera fila, entre los que destacaría Miguel de Unamuno, con quien se entrevistó en febrero de 1936. Pues bien, de una entrevista celebrada en fecha tan significativa, fue testigo Ramón Serrano Súñer, cuñado del general y posterior recopilador de una parte de lo allí hablado.

Si tomamos como buena la recopilación de Ramón Serrano, cabe poner en boca de Unamuno las siguientes frases:

“Siempre he pensado y sigo pensando que el problema de España es un problema de educación y que los españoles son como niños que lo ignoran todo”. “Tras muchos años de estudio y meditación sobre el ser español he llegado a una conclusión: el español no es ni mejor ni peor que otros pueblos, pero… tiene algo especial: que es como un péndulo que sólo tiene extremos, o sea, o todo o nada… o apatía total o pasión sublime…”. “Los españoles no quieren saber nada de nada durante años y de pronto un día se llenan de pasión y pierden la noción de todo… Y entonces, ¡ay, entonces!... te pueden conquistar un Imperio o te incendian las iglesias y los monumentos. No hay términos medios”. "La República se suicidó recién nacida, quizá porque la «comadrona» fue el resentimiento. Ya saben que su mentor, el señor Azaña, como dije en su momento, era un escritor sin lectores capaz de hacer la revolución para que le leyeran…”. “Las izquierdas, o eso que llaman izquierdas, se han vuelto locas, y las derechas, o eso que llaman derechas, están ciegas… o sea, que estamos entre locos y ciegos… ¡Y esto no puede terminar bien!”.

El autor del libro, probablemente intentando reproducir la conversación que le transmitió Serrano Súñer sobre aquel encuentro, pone en boca de Franco la siguiente pregunta:

“¿Y qué se puede hacer?”

A lo que Unamuno respondió:

“La verdad es que no lo sé. A veces pienso que habría que hacer una evangelización nacional para convencer a estos y aquellos de que la República, como la Monarquía, son meros accidentes en el tiempo y que lo importante, lo trascendente, es España… pero, los hechos diferenciales pueblerinos han hecho imposible esa vía”.

Al leer la última frase, en la que el gran vasco Unamuno asegura que “lo importante, lo trascendente, es España” fue cuando un gramo de emotividad me asaltó de súbito. También sentí impotencia al no disponer de medio alguno, salvo esta humilde bitácora, para propagar a los cuatro vientos, con energía infinita, la necesidad de amar a una España que no se caracterice por su dualidad y su sectarismo, sino por su libertad en orden, su cultura y su ausencia de coacciones de ningún género. Y es que España lo posee todo. En el aspecto material es casi un continente, por su extensión y su enorme variedad de paisajes a cual más bello. En el espiritual, los españoles no andamos escasos de experiencias y lecciones aprendidas. Y si de acontecimientos históricos se tratase, ¡pocos pueden superar a España en logros y dignidad!

De las palabras de Unamuno, tanto las aquí reproducidas como algunas otras que pueden leerse en PRNoticias, es posible sacar todo un mundo de conclusiones y más de una moraleja. A mí me ha dado por pensar en la siguiente: Casi nada ha cambiado desde entonces, y hablamos de febrero del 36.

Artículo revisado, insertado el 24 de abril de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal

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