El diario nacionalista digital “e-noticies” nos ofrece otra dosis de las declaraciones de Mariano Puig insertadas en el libro “Adéu Espanya”. Debo corresponder a quienes leen Batiburrilo, que al menos son seis a juzgar por las notas que han dejado, y les ofrezco hoy la traducción del capítulo dos y algún comentario adicional. Sobre todo considerando que Mariano Puig parece un tipo de lo más legal y con las ideas superclaras.
El presidente del consejo de administración de la Corporación Puig de perfumes, Mariano Puig, se ha mostrado partidario de la deslocalización empresarial y ha criticado al líder de Esquerra Republicana por no apoyar esta práctica. En una entrevista concedida a Genís Sinca, publicada en el libro “Adéu Espanya”, declaró que “estamos en un mercado abierto y por más que argumente Carod-Rovira sobre la localización y deslocalización... no será él sino el mercado quien decida”. Puig cree que la alternativa a la deslocalización es el comunismo: “O bien, si quiere (en referencia a Carod), vamos hacia un mundo comunista en el que todo se concibe de otra manera”.
¿Cuántas empresas hay en Cataluña con una plantilla de 6.500 trabajadores? Pocas, muy pocas. Probablemente la SEAT (multinacional dependiente de la alemana Wolswagen) y diez o doce más, si llegan. Luego aquí se deduce que Mariano Puig ha decidido liderar a una opinión pública que comienza a estar harta de los nacionalismos, unos separatistas declarados y los otros enmascarados. Da la impresión que Puig tiene muy claro que el bienestar de la población estriba en cuestiones muy distintas a los idiomas exclusivos y la elaboración artesanal de las patrias de diseño.
Desde la enorme autoridad que le confiere el hecho de presidir desde hace años una Corporación exportadora y enriquecedora de Cataluña, y por ende de España, Mariano Puig comienza por criticar la postura cerril del nacionalismo catalán a propósito de la localización de empresas. El gran empresario no alude, o al menos e-noticies no lo destaca, a que las sanciones o devolución de subvenciones proyectadas por el Tripartito catalán para las empresas que abandonen su territorio, normas opresivas que se reflejarán en una nueva ley en proyecto, lo único que hacen es constatar el temor del actual Gobierno catalán a que determinadas sociedades abandonen un territorio de ideología asfixiante. Dicho con otras palabras: El Tripartito quiere atar a las empresas mediante una ley porque no tiene la conciencia tranquila y sabe que poco a poco se puede quedar solo e ir empobreciendo Cataluña. Ellos, o los que vengan si deciden en una línea parecida.
En esta ocasión Mariano Puig no duda en citar con nombre y apellidos (es un decir) a quien considera responsable de la deriva nacionalista de extrema izquierda, ese Carod-Rovira fanatizado hasta la saciedad que por méritos propios se ha convertido en pocos meses en el enemigo público número uno de España, y por ende de Cataluña. Lástima que no haya citado también a Pujol, ese otro personaje responsable en última instancia del adoctrinamiento masivo que el pueblo catalán ha padecido a lo largo de los últimos 37 años, con odio inculcado hacia todo lo español y ensalzamiento hasta la mitificación de una cultura catalana (no la auténtica, que es variada y generosa) que en cualquier región del mundo no suele pasar del costumbrismo.
PD: La Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), en manos del Tripartito, ha regalado en sus lotes de Navidad vino espumoso procedente de Sudáfrica. Ver para creer.
Artículo publicado el 23 de diciembre de 2004
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