Coaliciones que hundirán España

Cartel conmemorativo del Frente Popular, 70 aniversario. Año 2006 (Adviértase que la imagen es un plagio de la película "Tiempos modernos", de Charles Chaplin)

Pensábamos que era una fórmula agotada hace décadas. Su trágico desenlace parecía confirmarlo, pero no. Resucitan las coaliciones frentepopulistas por doquier. Ahora le puede tocar el turno a Galicia y, sinceramente, las cosas en España no están para muchos experimentos. Y menos, cuando éstos los protagonizan los victimistas de siempre, que andan a medio camino entre la falta de sentido del ridículo y una grandeur cateta cuya estación de destino es la independencia.

La mera posiblidad de que el BNG pueda compartir un Gobierno de coalición con el PSG, nos pone los pelos de punta. De entrada, el candidato del BNG Anxo Quintana es una marioneta en manos de la Unión do Povo Galego (UPG), formación que lidera la dirección del Bloque y en cuya página web nos podemos encontrar perlas como ésta: "Partido comunista que enlaza, non obstante, coa tradición política do galeguismo nacionalista da II república Española, pois parte da asunción teórica e práctica de que Galiza é unha nación". 

Ahora, imagínense este frente popular gallego (socialistas, comunistas y separatistas), sumado al frente popular catalán, actualización de aquel Front d´Esquerres de la II República, con los artistas Carodetxe y Maragalletxe en primera línea de combate. Y a ello, súmenle un Gobierno vasco nacionalista, del que parece que ya no nos acordamos, pero que es todavía más dependiente de fuerzas de extrema izquierda como Aralar o el PCTV. Con ésta, las tres CCAA que, por haber tenido eventualmente Estatuto en la II República, y en detrimento de las verdaderas regiones históricas españolas (Navarra, Aragón, Castilla...), han adquirido una fuerza política desorbitada, estarían sometidas a unos gobiernos frentepopulistas muy radicales y envalentonadas por la triple sinergia que ellas mismas conforman. Añadan a ello la existencia de un tancredismo sin precedentes en la capital de España. Y Zapatero no es el único responsable, que algo tendrá que decir, por ejemplo, Rubalcaba. O el Jefe del Estado, que para eso se le paga.

La situación no está para bromas. Se lo aseguramos.

Autor: Smith

Publicado el 11 de junio de 2005