El anuncio de Zaplana de una posible retirada de la comisión parlamentaria sobre el 11-M, además de contradecir al portavoz popular Martínez Pujalte, en mi opinión no pasa de la clásica posturita de que viene el lobo. Ya me está empezando a cansar esta gente que va de guante blanco y espíritu grisáceo tirando a amarronado. Ni retirada ni gaitas, y mucho menos difundir amenazas ficticias que los desalmados se pasan por un determinado lugar. ¿Cuándo se enterará el PP que, tras sus siglas, el 14-M tuvo casi diez millones de votos? Y con ese enorme caudal de votantes, señores del PP, a poco que uno piense más de dos minutos seguidos se llega a la conclusión de que se pueden hacer maravillas.
Dicen que el mal se combate con el bien, pero cuando el mal está tan enquistado como ocurre en España, que llevamos desde el año 78 con una izquierda y unos nacionalismos que se consideran los únicos legitimados para gobernar y que no paran de practicar fechorías, como mínimo habría que plantearse si no sería oportuno añadirle a la buena leche de la derecha unas cucharaditas de mal. Un mal descafeinado, si se quiere, pero que le diese algo de color y que le hiciera ver a la sarmentosa izquierda que quien a pancarta mata a pancarta muere.
Por ejemplo, el Semanal Digital nos cuenta que el infame Rubalcaba se pilló un mosqueo inmenso hace unas semanas cuando en algún restaurante asturiano se le cantaba una cancioncilla cuya letra decía queremos saber. Me imagino una manifestación en Madrid, convocada debidamente (con bemoles) por el Partido Popular, que reuniese a doscientas o trescientas mil personas dispuestas a proclamar consignas como: ¡Queremos saber toda la verdad! ¡Zapatero, de qué te escondes! ¡Confidentes y periodistas a la comisión del 11-M! Etcétera. Reconozco que he sido venial en las consignas.
Durante la manifestación probablemente surgirían frases ingeniosas que acabasen calando no en el Gobierno de ZP o sus cómplices, quienes ya han demostrado que son insensibles a todo lo que no les favorezca a ellos o perjudique al PP, pero sí entre el pueblo que deberá votar dentro de tres años y medio en las Generales y en otras muchas elecciones intermedias. Porque la desvergüenza hay que dejarla al descubierto de continuo, a diario, hora a hora, aunque nada más sea para hacerles sentir a estos inicuos que nos mandan el peso de nuestra rabia por negarse a investigar de verdad una masacre tan espantosa.
El PP debe destacar también, y a diario, otros incumplimientos flagrantes de los socialistas. En mi anterior artículo hablaba de la promesa de ZP a los trabajadores de La Naval de Sestao, en el sentido de que no se cerrarían astilleros públicos. Bien, pues no ha tardado ni tres días el informal de ZP en contradecirse a sí mismo y ahora resulta que sigue adelante el plan de la SEPI, que consiste en segregar lo militar de lo civil y luego privatizar los astilleros civiles o, lo que es lo mismo, vender los solares. Recuerdo que acababa el párrafo (perdón por la auto cita) con la siguiente frase: De donde se deduce que a una promesa de ZP sólo cabe responderle con un pensamiento: Date por jodido.
Pero no es sólo ZP, es la totalidad de un Gobierno más adecuado para Burkina Faso o Somalia que para España. Otro ejemplo: Cuando la ministra Narbona apareció por primera vez en Murcia, le dejó caer al consejero de Medio Ambiente, Francisco Marqués, que estaba dispuesta a derribar todas las edificaciones ilegales en la zona costera. Ayer, en una nueva visita de la Narbona a Murcia (a quien le ha faltado el canto de un duro para que el Parlamento Regional la declarase non grata), el consejero le entregó a la ministra un dossier con las 171 edificaciones ilegales en la región. El diario La Verdad nos informa de que el consejero regional retó a la ministra a cumplir: lo que dijo públicamente hace unos meses. Ya que lo dijo a modo de amenaza, quiero que lo haga. Está claro que al consejero le entusiasma la idea de que le despejen la costa. Lo bueno del caso es que en el litoral murciano todas las edificaciones ilegales se realizaron en la etapa socialista y, aún así, representan un número insignificante en comparación con las 8.000 que existen en toda España, que a saber si no se ubicarán la mayoría en Cataluña y Andalucía, donde esta tipa de ministra no se atreve ni a respirar.
Dos datos a vuelapluma para finalizar. El grado de sectarismo de este infumable gobierno de ZP podemos valorarlo mediante otros baremos, ahí dejo un par de ellos a cuenta:
1. El tiempo concedido a Rajoy (148 diputados y Jefe de la Oposición), que fue inferior a una hora, en contraposición con el que le dedicó al delincuente Carod, el Noi de Perpinyà (8 diputados y Jefe de las sanguijuelas), que se ha aproximado a las tres horas.
2. Maragall le ha dicho a ZP que ni se le ocurra poner en Cataluña las mismas desaladoras que en el Levante, que contaminan. ¡Será perverso el Pasqualone de los c...! ¡Por Dios, con esta Secta se vuelve uno hasta ordinario al escribir!
PP, toma nota y difunde todo esto aunque sea en un buzoneo casa a casa, junto al vale de descuento para el tambor de jabón, pero haz algo, leñe, que esta gentuza nos lleva a la ruina.
Artículo publicado el 16 de septiembre de 2004
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