Se imagina alguien una fila de 19.000 (diecinueve mil) camiones cargados a tope de tomates marroquíes. Unos camiones que cruzan España de sur a norte y llevan camino de otros países europeos. Si un hecho semejante se produjera de golpe, la impresión es que nuestro país quedaría totalmente colapsado. Menos mal que no sucede así, sino a lo largo de los meses que duran las diversas campañas exportadoras de nuestros vecinos africanos. A un promedio de 17 metros por vehículo, que es la longitud normal para un semi-remolque (el más corriente en cargas de transportes internacionales), la cola de camiones marroquíes cubriría una distancia de 323 kilómetros. Ahora bien, si a esa cola le añadiéramos la separación reglamentaria entre uno y otro vehículo (regla de los tres segundos), entonces nos encontraríamos con un atasco que llegaría a los 800 kilómetros. Veamos un ejemplo práctico de lo que quiero expresar: cuando el último camión marroquí estuviese saliendo de Algeciras, el primero de ellos haría 12 horas que habría salido y se encontraría ya más o menos a la altura de Miranda de Ebro, camino de Francia.
Bien, pues algo así es lo que va a suceder a no tardar con las 285.000 toneladas de tomates marroquíes que la Unión Europea ha aceptado como nuevo cupo anual para entrar en Europa: Lo que equivale a 19.000 camiones cargados a tope de tomates con origen en Marruecos y cruzando nuestro territorio. 285.000 toneladas que suponen el cupo autorizado, del cual se sabe de sobras, por los años anteriores, que se incumple sistemáticamente en más del doble. Un cupo al que habría que sumar otros tantos camiones, como mínimo, con productos adicionales de huerta o frutales. Camiones no necesariamente de matrícula marroquí, sino complementados con vehículos españoles y franceses.
Y todo ello en perjuicio de la agricultura española, única en Europa que compite en fechas con la marroquí. ¿Cómo ha reaccionado a semejante desastre esa banda de malnacidos que algunos dicen se trata del "Gobierno de España"?, pues sin que se les haya movido un músculo de la cara a pesar de las numerosas y recientes putadas del moro Mojamé. Simplemente, pasan del tema.
Uno de los territorios más perjudicadas por la desidia del gobierno zapaterino es sin duda alguna la Región de Murcia, donde gracias a los favores de ZP a su amigo el morito (otra razón que motivó el abandono del PHN), se lleva varios años dejando tierras en barbecho y abandonando invernaderos, lo que a su vez origina el cierre de numerosas plantas envasadores y el aumento vertiginoso del desempleo, hasta el punto de que los murcianos hemos vuelto a situarnos entre las dos o tres regiones españolas con peores índices de bienestar. Para decirlo con otras palabras: Zapatero no dudó ni un minuto en dejarnos sin agua y ahora le importa un pimiento dejarnos sin mercados europeos. ¡Será canalla! No me extrañaría que el día menos pensado los murcianos acabarán declarándolo 'non grato' y sacando a las calles pasquines de 'Se busca, delincuente peligroso'. Claro que para lo que ha venido por esta tierra, sólo dos o tres veces durante pocas horas y siempre en campaña electoral.
Por cierto, ¡buen estreno ha tenido la nueva ministra, Rosa Aguilar, al dejar que se la metieran doblada los marroquíes! Eso sí, que los catalanes vayan frotándose las manos, porque cuando el socialismo zapaterino abandone el poder ¡los murcianos nos compraremos toda la cosecha de cava catalán para celebrarlo! Yo, por si acaso, hace tiempo que voy metiendo monedas de dos euros en un cerdito.
Autor: Policronio
Publicado el 14 de diciembre de 2010
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