Será un reino, buscarán una dinastía real, enemiga histórica de la casa de Borbón, y le propondrán a uno de sus miembros que acepte la Corona. A partir de ahí, en ese reino todos sus habitantes serán eternamente felices y comerán perdices. Ah, y con el tiempo hasta las carpas de sus aguas llevarán en el costado (cerca de la cloaca, obviamente) el emblema de la nueva monarquía de diseño, que representará la grandeza milenaria que jamás debió perderse. ¿De qué ‘nación’ hablamos? ¡Exacto, de esa misma que está pensando!
Claro que lo más probable es que la corona sea como la que suelen dar al comprar un roscón de reyes, en cuyo interior se inserta una haba destinada al ‘tontolaba’ que debe pagar el postre. En el presente caso, el mayor ‘tontolaba’ es el que propone semejante majadería: la fundación de un reino ‘destinado a proyectar al mundo la marca de’... ¡Madre del Amor Hermoso, lo que hay que leer!
Autor: Policronio
Publicado el 17 de mayo de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.