viernes, 26 de octubre de 2018

Escoria nazifeminista


El Emperador Clinton, coincidiendo con los sofocos de Hilaria, no tuvo por menos que desahogarse con una becaria a su servicio, parece que completo, ante el escandaloso silencio de la tropa nazifeminista, que no dijo esta boca es mía, en impresionante parada de sonrisa vertical, humedecida por la contemplación de su macho progre, halagado en pasillo de campeón.


Ni que decir tiene, que tan reputada  tropa no vio nada punible, ni siquiera mínimamente reprochable, faltaría más, en la conducta abusiva y mentirosa del campeón de la solidaridad y multiculturalidad.


Como parece ser el caso de esta escoria semihumana, que parece responder al título de alcaldesa, y que no tuvo por menos que ejercer de nazifeminista selectiva, ante el atropello.

Malditas seáis por siempre jamás.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 30 de enero de 2010

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