En defensa del juez Garzón, al que hace tiempo que cualquier ciudadano decente hubiese mandado a su casa, inhabilitado por un centenar de motivos a cual más grave, los de El País nos ofrecen hoy toda una página visiblemente demostrativa de lo que se ha venido definiendo como periodismo encanallado, actitud que consiste en relacionar una serie de hechos totalmente ajenos entre sí, falsos los más de ellos, para llegar al resultado que se pretende, que en este caso consiste en desacreditar al juez del Supremo, Adolfo Prego, del que ya veremos si con el tiempo no acaba siendo el que acabe imputado, como le sucedió a Gómez de Liaño, ese antiguo magistrado de la Audiencia Nacional que tuvo la osadía de relacionar al padrino Polankone con la mafia que siempre ha supuesto la televisión de pago que le concedió ilegalmente Mister X.
Para El País, cualquiera que posea un mínimo de patriotismo —¡qué asco!— y no se inserte de lleno entre los social-corruptos zapaterinos, ala radical del socialismo al que ese medio periodístico (es un decir) sigue haciéndole la pelota para que le evite la quiebra, es un sujeto al que puede atribuírsele la pertenencia a la extrema derecha. Si bien con otras palabras, de tal modo ha definido el panfleto polanquista —hoy en manos de su viceführer Cebrián— a todo un juez del Supremo. ¿Razón? Que ese juez es patrono de una fundación de la que asegura se halla próxima al sindicato Manos Limpias, calificado asimismo de extrema derecha y sobre el que se ha omitido expresamente el dato de que Manos Limpias se ha presentado numerosas veces en las listas del CSI-CSIF, que es la central sindical independiente de funcionarios, cuyas candidaturas experimentaron un gran auge a partir de los años 80 y 90 y como consecuencia de que UGT y CCOO mantenían posturas descaradamente felipistas entre el personal de la Administración. Para concretar, la independencia de un sindicato lleva a los encanallados de El País a catalogarlo de extrema derecha.
Por otra parte, el hecho de que a Manos Limpias se le relacione con Denaes —me gustaría saber cuál es el vínculo— y se diga que el juez Prego se integra en su patronato, no hay duda alguna que para los perrilleros de El País lleva aparejada la condición de facha, más que nada porque la fundación Denaes está presidida por un militante del Partido Popular, que como se sabe, al decir de ZP y otros fulanos de su banda, no deja de ser la derecha extrema. Más de 10 millones de votantes de derecha extrema es lo que el PP arrastra tras de sí, algo insoportable para unos periodistas tan sectarios como farsantes.
Porque esta es la clave de la defensa de Garzón, el juez estrella: la gente que se integra en cuadrillas perniciosas como la que El País representa para nuestra sociedad, auténticos pandilleros de la pluma y la desfachatez desde hace la friolera de 33 años, necesitan tener de su parte a todos los garzones posibles. Vistos sus antecedentes y comportamientos, los de El País probablemente creen que el riesgo que asumen es de lo más alto, de ahí que no descarte que algún día se les llame a capítulo en un juzgado. Lo que significa que, a poder ser, el juez moldeable y arbitrario que reciba la demanda debe ser de su misma camada. Y cuantos más garzones mejor. ¡Pobre Justicia, en manos de quiénes has caído!
Autor: Policronio
Publicado el 29 de mayo de 2009
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