José María Aznar, ex presidente del gobierno de España. |
Aznar fue un buen presidente de gobierno en lo económico. De eso no tengo ninguna duda porque las cifras cantan. En lo demás, a mi juicio se comportó de un modo bastante birrioso. Es decir, le faltó mérito (otros dirían agallas) para afrontar debidamente la descomposición de España, iniciada en el primero de sus mandatos (hay quien alude ya a los primeros años de la Transición) al echarse en brazos de Pujol. Descomposición dejada igualmente a su aire, con una torpeza increíble, cuando el jefe de CiU dispuso de mayoría absoluta.
Podría decirse, en consecuencia, que Aznar fue el típico gobernante de la derecha al que sólo le interesaba la economía, como a la par le sucede a Mariano Rajoy, cuyo eslogan favorito (casi exclusivo) vendría a ser este: "Vamos a poner orden en las cuentas del Estado". Un tema no menor, lo reconozco, pero que a la larga, por muy bien que vayan las finanzas, no impide que el socialismo y el separatismo se ocupen de todo lo demás, comenzando por el adoctrinamiento ideológico, el control de las televisiones y la ‘agit-prop’, bases de sus respectivas permanencias en esta sociedad enchiquerada donde se muestran tan rampantes.
Ese ‘todo lo demás” citado es también la garantía de que la izquierda y el separatismo mantengan un suelo electoral nada despreciable que les permite vivir holgadamente cuando gobierna la derecha, siempre en espera de esta o aquella guerra, este o aquel atentado terrorista, con los que iniciar el pasacalle callejero y sacar a la turbamulta o reunir a sus ‘artistas’ para que berreen. Y algo así, conviene repetirlo, es como consecuencia de una derechona solamente interesada en lo económico y apática en ‘todo lo demás’.
Viene este comentario a cuento de la entrevista concedida por Aznar a TVE, en la que no me ha extrañado nada que el ex presidente le mostrara un apoyo tan claro a Rajoy, del que ha dicho que "lo está haciendo bien" y que los españoles "perciben que hay una mayor autoridad". Aznar sabe que no es cierto lo que dice y si lo creyera de buena fe aún sería peor, ya que el actual presidente de los populares tiene todos los frentes morales desguarnecidos (Ley del aborto, Educación para la Ciudadanía, Memoria Histórica, Enseñanza en español, Libertad religiosa, etc.), frentes en los que el desistimiento es el denominador común de la asimismo birriosa actitud del actual jefe pepero. De ahí que uno tienda a preguntarse cuál puede ser la razón de que Aznar respalde de ese modo a quien ha venido a ser el paradigma del político anti-estadista. Es decir, del individuo que todo lo confía a la economía y no es capaz de ver otros problemas tan trascendentes o más.
La respuesta creo que es sencilla: Rajoy no deja de ser el alter ego de Aznar. Como él mismo hizo, se ocupa sólo de lo económico, dando uno y otro la impresión de creerse que el ciudadano no es que vote con los pies (circunstancia que se produce en las regiones separatistas), sino que en el conjunto de España vota exclusivamente con el bolsillo. Para entendernos, en el fondo Rajoy es igual que Aznar pero con menos chulería. Si a eso se le añade que Aznar es (y ha sido) básicamente un tipo orgulloso, alguien así no puede aceptar (su orgullo se lo impide) el gran error de haber escogido para sucederle a quien ha venido a ser un fulano sin principios. O con los mismos principios, según se mire.
La derecha, cuando conserva los valores morales tradicionales (aquí nadie habla de valores religiosos), es ideológicamente muy superior a la izquierda, predispuesta invariablemente a la corruptela y al todo vale con tal de…. De donde se deduce que mientras la derecha no se decida a librar esa batalla, la ideológica, cambiando radicalmente determinadas leyes o anulándolas de un plumazo al llegar al poder, en lugar de dejarlo todo igual que antes y en manos de gente como los zapaterinos o los cismáticos regionales, la presidencia de cualquier Rajoy-Aznar de turno no dejará de ser pan para hoy y hambre para mañana. O dicho de otro modo: una patria no sólo vive de pan, debe hacerlo igualmente de practicar ciertas virtudes honorables y fomentarlas.
Autor: Policronio
Publicado el 23 de enero de 2010
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