Estamos casi en la ruina. Hemos llegada a esta situación por un insensato sistema político de Autonomías y fomento a destajo del método "Arrebatacapas". El siguiente paso podría ser alcanzar la miseria, sin trabajo para varios millones de españoles, con muy poco porvenir y aún menos esperanza. Pero los políticos no dejan de aumentar sus gajes. ¡Allá el pueblo se las arregle!
Hace dos días que he recibido un escrito del Ayuntamiento de Madrid, Agencia Tributaria, donde, sin más explicaciones, comunican la imposición de un nuevo tributo por "Desperdicios urbanos". Es decir, por la recogida de la basura.
El tributo ya existía. Se creó durante el, para mí, feliz régimen anterior, a fin de costear el Servicio Municipal de Recogida de Basuras. Hubo un momento en que la proliferación de automóviles, que el bienestar dimanante del régimen de Franco proporcionó al pueblo español, no permitía las largas caravanas de "carritos de la basura", que tardaban más de seis horas en desfilar con su carga desde el centro de Madrid al extrarradio, colapsando las arterias principales. También influyó el avance de la Sanidad, evidentemente.
Los madrileños refunfuñaron, pues en realidad con tal tributo surgieron varios inconvenientes: una carga económica, aunque no como para sentirse robado, si bien los basureros no nos costaban nada. Y encima ellos subían a nuestros pisos y recogían la basura de los cubos que habíamos dejado la noche anterior en la escalera, a la puerta del piso. Mientras que con el nuevo sistema teníamos que bajarla nosotros a la calle. Y para más INRI, los basureros regalaban caramelos en Nochebuena a sus clientes y el Ayuntamiento, nada. Pero la realidad es que no podía mantenerse el anacrónico sistema del carrito y el burrito.
Como el tiempo pasa, le llegó al Generalísimo el día de morirse. Alguien trajo la democracia y, con ella, pronto se difundió la licencia de expolio al pueblo: las Autonomías (multiplicar por 17 los funcionarios públicos, para enchufar a la familia, a los amiguetes y a la querida); la libre subida de impuestos; los cafelitos y los roldanes y una sarta interminable de corrupción que me es imposible recordar.
En sus cambalaches, el Ayuntamiento de Madrid reunió diversos impuestos municipales en uno solo. Entre ellos, el de la basura. Con ello, si la suma de todos los impuestos por separado suponía 10 pesetas, el nuevo, el único, se elevaba a 30. Lo mismo sucedió posteriormente con el IVA. La justificación de su creación fue reunir varios impuestos en uno, al que denominaron IVA. Su importe fue muy superior al conjunto de los suprimidos. Inicialmente, supuso un 8% de la base. Poco tiempo después, creo recordar que no llegó al año, subió al 12% y no mucho más tarde, tal vez unos dos años, al 16%. Y el pueblo feliz, clamoreaba, cantaba y gritaba: “¡Ahora somos libres! ¡Somos ciudadanos, no súbditos!”. Landelino dixit.
Por lo tanto, este “nuevo” impuesto que nos quieren colar (y nos colarán, faltaría más) está incluido en los que ya nos cobran. ¿No tiene esto el aspecto de un “toco mocho”? Ahora, conforme a la expresividad de ese alcalde que calificó de "tontos de los cojones" a los votantes del PP, y ampliada tal expresividad en la calificación que les corresponda a los que votaron PSOE, formación directamente culpable de buena parte de la desgracia que se ha abatido sobre España, gritemos todos a coro: ¡Esto, esto es lo que anhela el pueblo, más impuestos!
Autor: Rogelio Latorre Silva
Publicado el 21 de enero de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.