Está claro que si despejamos la situación del morbo que produce ver a una madre de la patria preguntándonos con la mirada si tomamos una copa o qué, o primero o qué y luego la copa, convendrán conmigo que si la fotografiada resulta ganadora del concurso Miss Abogacía del Estado, lo será por falta de concurrencia.
Y el caso es, que sólo a una amargada como Carmen "Por Favor" Martínez Castro -y si no es cierto que me ponga una querella- se le ha podido ocurrir lo de la foto de Soraya: una conspiración femenina, malévola, en toda regla. Porque no me digan que no es propio de almas negras, invitarnos, con la contemplación de un mismo plano, tanto a la ensoñación, como a la pesadilla.
Si Carmen "Por Favor" Martínez Castro quería mostrar al mundo que Soraya tiene la mirada viciosa, propia de la adolescencia tardía, y empero, pies de albañil, le hubiera bastado con filtrar a la prensa la factura de cualquier zapatería especializada en extremidades desorbitadas, donde la portavoz, a un minuto de portacoz, tenga por costumbre proveerse. Al menos la interesada hubiera tenido una posibilidad de defenderse.
Porque, como no podía ser de otra forma, en lo primero que me he fijado al ver la foto, ha sido en los pies que luce la chica, objeto de culto erótico, como el que más, siempre y cuando guarden la debida proporción con los demás elementos de la morfología femenina. Que no es, precisamente, lo que guardan los atributos de la chica de Valladolid.
Y aunque el ascenso social de las feminazis, o quizá por eso, ha relegado al piropo a la categoría de insulto, vejación o menosprecio -como si alguna vez hubieran sido ellas las piropeadas, y con ello, insultadas, vejadas o menospreciadas- no deja de ser cierto, que con la costumbre del piropo, se nos permitía conocer de primera mano las preferencias de los distintos emisores, en lo que a atributos femeninos concierne. Y claro, a Soraya puede decírsele cualquier cosa resultona, menos que tiene los ojos más grandes que los pies, siendo como es cierto, que nunca será golpeada con la puerta en las narices. Más bien al contrario.
Pero me da que, conociendo al personal, el asunto de los pies pasará desapercibido. Y una vez recuperados del susto o sorpresa inicial, según se mire, la cosa derivará al terreno de las comparaciones odiosas: bah, para destape, las de Interviú y para tetas, las de Play Boy. Lo que en cualquier caso beneficiará a Carmen "Por Favor" y perjudicará a Soraya. Que es de lo que se trata.
No obstante, espero que esto no sea motivo de desasosiego para la joven. Mientras sea la vicevogue quién responda a sus preguntas parlamentarias, siempre podrá decir que es la más guapa de la discusión.
Y ahora espero que Rajoy no salga a la palestra para indicar que en el PP sobran los liberales, los conservadores y los que gustan de ver ojos como almendras. Se queda solo. Si no lo está ya.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 16 de enero de 2009
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