viernes, 14 de septiembre de 2018

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El socialismo es, ante todo, arbitrariedad y corrupción. Dejémoslo claro desde el principio. Siguen saliendo a la luz las corrupciones y malversaciones de un partido socialista que desde el felipato no es capaz de cambiar ni en los modos ni en las formas. Cuanto más presume esta gente de adoptar medidas sociales hacia los trabajadores -en realidad quieren decir medidas socialistas, que es justo lo contrario-, más se adentran en el favoritismo hacia los amigachos de alto "standing" social y los grupos de presión o "lobbys" de todo tipo. Veamos un par de ejemplos:


1. En el caso de los banqueros, al Gobierno no le ha bastado con adquirirles los activos no ya tóxicos sino podridos -aunque se asegure lo contrario- y facilitarles miles y miles de millones de euros en avales, supuestamente destinados a conceder créditos a las empresas y los particulares, pero en realidad usados en tapar los agujeros de la banca y las cajas de ahorros, sino que además les ha rebajado la tarifa fiscal a sus altos cargos y ha cambiado el tope del 45% al 18%.

Apostarí­a mi vida a que el socialismo, con esas operaciones prevaricadoras, ha pasado de tener una deuda de muchos millones de euros con la Banca a dejar el saldo en positivo y nuevos créditos ilimitados abiertos. Montilla podrí­a enseñarnos cómo se organizan estos cambalaches. Algunos, como se ha dicho, denominan activos tóxicos a las cuentas deudoras con pocas garantí­as de recobro, como las del PSOE. A saber si no nos hemos intoxicado los españoles al dejarlas a cero con nuestro dinero. Que ya se sabe que los bancos son muy generosos y están dispuestos siempre a pasar determinadas partidas a fallidos, a condición de que por otro lado les entren más que centuplicadas las ganancias. 

2. El diario ABC informa hoy que "El Tribunal de Cuentas denuncia irregularidades y monopolios ocultos en los viajes del Imserso". Y añade: "Destapa todo tipo de irregularidades de gestión durante la etapa de Caldera al frente de Trabajo". ¡No está mal, eh, de 2005 para acá! El diario da una información detallada y, entre otros datos que demuestran la corrupción socialista, afirma que antes de la subasta se le entregaron cantidades a cuenta a cierto constructor, "es decir, que el constructor ya sabí­a que se le iba a adjudicar el contrato y habí­a empezado a cobrar".

Un hecho semejante, que en cualquier paí­s civilizado hubiese enviado a la cárcel al responsable y obligado a cesar fulminantemente al ministro, en el régimen socialista ha venido a saberse al cabo de 3 o 4 años, quizá como consecuencia de la filtración de algún beneficiario de entonces, ahora marginado, y dudo mucho que suponga alguna molestia para los delincuentes que perpetraron esas fechorí­as. Ojo, no se habla aquí­ de una bagatela, que el Imserso maneja cientos de millones de euros anualmente, de ahí­ que uno tienda a sospechar el clásico enriquecimiento socialista a dos bandas: el pastón destinado al lucro personal de quien ocupaba el alto cargo del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), y el no menos pastón reservado para las arcas del partido. Que tanta propaganda para convencernos de lo buenos que son y lo mucho que desean el "to p'al pueblo", técnica que requiere un mundo de asesores y enchufados en Ferraz comiendo a dos carrillos, se lleva su "tela" en cantidades industriales. Y de alguna parte tiene que salir esa "tela", no van a ser ellos los que paguen directamente de sus sueldos o sus cuotas al partido. ¡Faltarí­a más!

Un complemento a este par de noticias clarificadoras de por dónde va el socialismo de todas las épocas y todos los partidos, viene dado por lo que hoy se ha sabido acerca de la reunión de Zapatero con Montilla y Chaves, que se han "arrejuntao" para acordar sólo entre ellos cuánto dinero deberá corresponderles a las comunidades autónomas. Es decir, cuando los andaluces y los catalanes estén mínimamente satisfechos, las migajas para el resto. ¿Por qué se hace algo así? Lo entiende hasta el más tonto: Cataluña y Andalucía —el País Vasco y Navarra hacen la guerra por su cuenta y están exentos—, que reúnen la población de casi media España sometida al  reparto de los Presupuestos Generales del Estado, son los principales graneros de votos del socialismo.

Por tal motivo, digamos que es a esas regiones a las que hay que mimar, cueste lo que cueste, y el resto de las comunidades cuentan poco o nada, por lo que se las destinará al “son lentejas”. Que me parta un rayo si algo así no es el ejemplo vivo de la arbitrariedad con la que este gobierno de inmorales se maneja en todos los ámbitos. Ahora comprendo el “tonto de los cojones” que el alcalde socialista de Getafe adjudicó a los votantes de la derecha. Quería decir que uno es tonto, en realidad bastante tonto, si no se une con descaro a los que chupan del bote. Pero, claro, la pregunta es obligada: Si en España fuésemos 45 millones de votantes socialistas, ¿quién pagaría la juerga?

Autor: Policronio
Publicado el 21 de diciembre de 2008

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