El coraje en política es esencial para despertar la ilusión de los más desasistidos, que en este caso es la mitad de una población que en el País Vasco lleva 30 años soportando la marginalidad y el avasallamiento, cuando no la extrema violencia, de los agitadores del árbol y los recogedores de nueces. Ya lo dijo el clásico: “El éxito fue siempre un hijo de la audacia”. De audaces podrían calificarse las palabras de Antonio Basagoiti, expuestas con soltura y tono mesurado, cara a cara ante quien se las reprochaba con asombro y en uno de los nidos de la bicha, esa ETB nacionalista que difunde con énfasis cuanta consigna del régimen sabiniano le ha sido remitida por la superioridad.
Estoy por creer que la evolución de la especie ha creado en las Vascongadas toda una sucesión de políticos valerosos, casi siempre entre las filas del Partido Popular, puesto que son los más perseguidos y amenazados en la agreste jungla del nacionalismo, donde uno debe avanzar mirando a los lados y para atrás continuamente.
No es preciso ahondar mucho para recordar las excelentes cualidades de los Gregorio Ordóñez, Mayor-Oreja, Iturgaiz, María San Gil y ahora el propio Basagoiti, todo un hallazgo de primera fila al que su juventud —felicidades Rajoy, a cada uno lo suyo— no le retrae de ir aportándole sus buenas dosis de coraje y sentido común al PP vasco, lo que sin duda debe hacerle reflexionar a más de uno de sus paisanos, estoy seguro, al escuchar las verdades del barquero, como por ejemplo tildar de “acojonados” (la pura realidad) a unos cuantos futbolistas vascos sometidos al capricho de los etarras.
Origen vídeo: popularesvascos
Autor-Compilación: Policronio
Publicado el 6 de marzo de 2009
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