miércoles, 8 de agosto de 2018

Trucos de un antipatriota para aguantar el temporal económico

Las previsiones más optimistas de los analistas más pesimistas son para echarse a temblar. No obstante, como nuestros queridos lectores no tendrán mayor problema en renunciar a beber ese vino de a seiscientos euros la botella y ese whisky de a trescientos lo mismo, sabrán recibir bien estos trucos para el adecuado pasar de lo que se nos viene encima.

Para los ratos de ocio adrenalínico: Nada de submarinismo y vuelo sin motor. Te puedes ahogar o darte un fostión, al módico precio de un par de rentas de emancipación. Sin contar con que te puede tocar de guardia el Doctor Montes y no te enteres ni de la extremaunción. Nada nada, un dvd con los mejores discursos de mi Maleni en persona, en carne mortal y ajamonada. Ya los venden en el top manta. ¡Antes sin canon que tumbá!


Para los ratos de ocio sofaicos: Los libros de César Vidal son muy caros. Apunta el título y no los compres, ya los comprarás. De seguro que la crisis dura menos que el talento del Prócer. Como sustitutos..., ¡coño!, pues unas páginas impresas del blog de Pepiño Blanco, barato barato y de paso te permites renunciar a los somníferos. Eso sí, cuidadín con los grupos consonánticos, que “to” se pega menos lo hermoso.

Para los ratos de ocio relajado: Ni se te ocurra pensar en el bricolaje de toda la vida. Está muy caro. Reflexiona. La tarima flotante, que tan sencilla resulta en la tele, puede llegar a ser muy encabronante en tu residencia habitual y permanente. Además de evitarte un par de docenas de improperios de la parienta y demás intrusos, te permitirá ahorrar unos eurillos para dedicarlos en mantener la industria del látex. ¡Ja! Nada de pensar en lo único. Guantes para lavar platos. Te permitirá prescindir durante un tiempo del lavavajillas y Al Gore te lo agradecerá.

Para los ratos del auténtico ocio, el fetén, el de toda la vida: Date de baja del plus y échale imaginación a la cosa. Polanco y Cebrián andarán jodidos y tú y la parienta andaréis jodiendo. Con perdón, pero uno es esclavo de la literatura. 

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 15 de febrero de 2008

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