sábado, 18 de agosto de 2018

Rajoy hace de Gila

Imagen típica de Tarantino.

Muchos recordarán la parodia de Gila en la que un inspector de policía, a base de insinuaciones, detenía nada menos que a Jack el Destripador. El policía supuestamente deambulaba por las calles de Londres, a poder ser en noches lóbregas y neblinosas, y en cada uno de los callejones profería frases semejantes a estas: “Aquí alguien ha matado a alguien”. “Aquí alguien va a detener a alguien”. Y así sucesivamente. Y claro, a Jack le entraba un cargo de conciencia tan grande, seguido de no poco temor ante el sagaz guardián de la ley, que acaba entregándose al poli de las insinuaciones.


Pues exactamente igual es la frase de nuestro admirado Mariano: "Empiezo a tener malas sensaciones, el Gobierno podría volver a las andadas". ¿Podría volver, señor Rajoy? Cuando de entrada le da agua a unos sí y a otros no, gestiona con el trasero una crisis económica que ahora minimiza tras no reconocerla, sin que aporte ninguna medida de choque, y encima nos anuncia la reforma de la Ley de Libertad Religiosa.

Y digo esto último, evidentemente, no porque la religión sea algo así como mi estrella polar, que importándome el asunto no deja de ser secundario en mi caso, sino porque del mismo modo que la denomina Ley de Memoria Histórica o la de Educación para la Ciudadanía son leyes muy sectarias y propensas a la confrontación, destinadas exclusivamente a mayor gloria de los zapaterinos, me temo muy mucho que la de Libertad Religiosa está concebida para segarle la hierba bajo los pies a los cristianos; mientras, eso sí, se le concederán oropeles y prebendas a unos musulmanes cuya religión asociada a la palabra libertad debería llevar aparejada la inhabilitación para el ejercicio de cargo público de quien algo así hiciese. 

Por lo tanto, don Mariano, menos insinuaciones y más bemoles. Y no es que me moleste que al fin se le despierte un principio de crítica, a un mes vista de las últimas generales, pero con estos eslóganes que no son más que “puñaos” de paja hacia el rostro de cemento de ZP, me temo que esta nueva guerra que se avecina el PP no llegará ni a empatarla. Intuyo que acabará usted como uno de esos imitadores de los personajes de Tarantino, descerrajándose un tiro en plena sien, en medio de una sesión parlamentaria, con tal de que las sospechas recaigan sobre su rival político.

Autor: Policronio
Publicado el 9 de mayo de 2008

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