El socialismo zapaterino es, ante todo, agitación y propaganda falsaria. |
En España existe otro socialismo distinto al de Zapatero. Mejor dicho, existe el socialismo sin más, y nada menos, puesto que objetivamente lo de ZP no puede considerarse socialismo al teórico modo, aunque sí en la praxis de una trayectoria de 130 años cenagosos, al haber propiciado, con sus muchas arbitrariedades, caprichos o pago de favores, una tremenda desigualdad entre los españoles —algo que no se percibe demasiado bien en las estadísticas de macro escala aportadas en los recientes debates—, y rescatando así la sempiterna rivalidad de las dos Españas, una pasión exaltada, auspiciada ahora interesadamente, que siempre ha favorecido a los que carecen de escrúpulos políticos y viven de la confrontación, el radicalismo y el desprecio sistemáticos a no pocas leyes, como son los actuales dirigentes del PSOE y la coalición comunista de IU.
Sí, existe el socialismo decente, no tengo ninguna duda de ello, y por lo tanto respetable, que es el que busca el bien común sin excluir a nadie, mediante métodos más o menos acertados, y no basa su hegemonía en la fijación de enemigos a los que hay que arrinconar a cualquier precio, sea mediante pactos antidemocráticos como el del Tinell, sea a través del boicot y la violencia contra cualquier opositor político, como estamos viendo estos días de campaña y a lo largo de toda la legislatura transcurrida, muy especialmente en esas comunidades donde se da, además, la presencia de importantes formaciones nacionalistas con las que los zapaterinos y los comunistas-verdes han venido pactando.
Así, pues, los españoles que crean honradamente en el socialismo tienen dos opciones claras para utilizar su voto y al mismo tiempo eludir la inmoralidad política que representa ese régimen corrupto y arbitrario, con enormes áreas territoriales de nacionalsocialismo xenófobo, que finalmente ha resultado ser el de los zapaterinos: Votar PP para que Zapatero fracase y que los militantes lo echen del PSOE, facilitando así una regeneración democrática en la que los grandes temas de Estado podrían ser consensuados de nuevo, muy especialmente la separación de poderes, o con la misma intención de que ZP fracase votar a los nuevos partidos Ciutadans y UPyD, si es que no se puede prescindir, quizá por tradición o sentimientos, de una formación de izquierdas como destinataria del voto. Son las dos únicas iniciativas útiles, realmente democráticas, si de verdad a uno le importa el futuro de España, la igualdad ante la Ley y cree que los próximos cuatro años serán decisivos para la permanencia en libertad de nuestra patria común.
Autor: Policronio
Publicado el 6 de marzo de 2008
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