Con la autorización de mi amigo Marinto, de Murcia Liberal —autorización que no le he pedido porque sé que me la hubiera dado sin vacilar ni un segundo—, traigo hoy aquí el texto del gran poeta regional, Vicente Medina (1866-1937), elaborado en deje murciano, que nos habla de la amargura del campesino viejo y su cansancio profundo (cansera), acumulado durante décadas de esfuerzo baldío, al contemplar unas tierras tan resecas o unos frutales que pueden llegar a tardar hasta 10 hasta años en dar frutos y a los que por sistema se les está negando un riego de socorro.
El “agua para todos” es una frase que resumiría un sentimiento de siglos, además de una gran frustración, de la mayoría de los habitantes de esta mi querida tierra murciana, tan luminosa y tan olvidada por los falsos profetas y detentadores del poder. Frustración mucho más acentuada ahora, en los últimos años y días, cuando hemos visto de qué modo tan ladino se ha pasado de un Plan Hidrológico Nacional que debía calmar para siempre la sed de nuestros campos y pueblos —con un tercio de las obras ya acometidas y frenadas en seco por un sujeto inmoral—, a llevarse el agua solamente hacia donde convenía a los más espurios intereses políticos. Ante la sed multisecular de una parte de la patria española, que por española y por sedienta deberá quedar así, tan sólo permanecerá apática, inmutable, la conciencia de los malvados.
Cansera
¿Pa qué quiés que vaya? Pa ver cuatro espigas
arroyás y pegás a la tierra;
pa ver los sarmientos rüines y mustios
y esnüas las cepas,
sin un grano d’uva,
ni tampoco siquiá sombra de ella...
Pa ver el barranco,
pa ver la laera,
sin una matuja... ¡Pa ver que se embisten,
de pelás, las peñas!...
Anda tú, si quieres,
que a mí no me quea
ni un soplo d’aliento,
ni una onza de fuerza,
ni ganas de verme,
ni de que me mienten, siquiá la cosecha...
Anda tú, si quieres, que yo pué que nunca
pise más la senda,
ni pué que la pase, si no es que entre cuatro,
ya muerto, me llevan...
Anda tú, si quieres...
No he d’ir, por mi gusto, si en crus me lo ruegas,
por esa sendica por ande se fueron,
pa no volver nunca, tantas cosas buenas...
esperanzas, quereres, suöres...
¡To se fue por ella!
Por esa sendica se marchó aquel hijo
que murió en la guerra...
Por esa sendica se fué la alegría...
¡Por esa sendica vinieron las penas!...
No te canses, que no me remuevo;
anda tú, si quieres, y éjame que duerma,
¡a ver si es pa siempre!... ¡Si no me espertara!...
¡Tengo una cansera!...
Vicente Medina
Autor: Policronio
Publicado el 20 de abril de 2008
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