Alberto San Juan |
En la cutre "gala" de los titiriteros de la checa, el Goya al mejor actor (?) principal fue a parar a las manos de Alberto San Juan, hijo -cómo no- del dibujante de El País, Máximo. Este -nos referimos ahora al hijo- dedicó el devaluado premio "artístico" a que “desaparezca de una vez por todas esa cosa llamada Conferencia Episcopal”.
Sabido es que los titiriteros son unos horrendos actores que han ayudado como nadie a vaciar las salas de cine en España, y que siguen todas y cada una de las consignas del PSOE para seguir recibiendo las suculentas subvenciones de siempre. Pero hombre, ser tan descarados como para sumarse a los mensajes electorales anticlericales de los sociatas, precisamente a un mes de las elecciones generales, es como para no volver a ver una película de cine español, ni aunque la dirija José Luis Garci.
Porque miren ustedes, amigos de Batiburrillo, ¿no habíamos quedado en que eran "los obispos" quienes habían entrado en la campaña electoral? Pues bueno, si de verdad alguien acaba de entrar en campaña electoral, han sido estos casposos actores (?) de esta Mierdollywood en la que han convertido el cine (anti)nacional. Y va encima este hijo del humorista de la secta y nos quiere dar lecciones de democracia. Pero fíjense en lo que el supuesto "intelectual" es capaz de responder ante la siguiente pregunta de un lector de El Mundo, precisamente a colación de la campaña soez del "No a la Guerra", hace cuatro años, cuando también tocaban elecciones (la historia se repite):
15. ¿No resulta un poco hipócrita decir "No a la guerra" sólo cuando la hace EEUU, y callar ante Francia y Costa de Marfil o las amenazas de Corea? ¿No resulta hipócrita decir "No a la guerra" con una camiseta del genocida Ho Chi Minh como hizo su compañero Guillermo Toledo?
Si alguien está verdaderamente en contra de la guerra, está en contra de cualquier guerra. La cuestión es que nuestro Gobierno parece impaciente porque España participe en la inminente guerra contra Irak, y eso supone que usted y yo vamos a participar a través de nuestros impuestos en los asesinatos de las personas que mueran en esa guerra. Mi compañero Guillermo efectivamente llevaba una camiseta con el rostro de un hombre que, entre otras cosas, luchó por la libertad de un pueblo.
Sin comentarios. Marxista-Leninista-Maoísta-Vietcongnita, pero, eso sí, dando lecciones de democracia a la Conferencia Episcopal y, en general, a todos los españoles. Viva la libertad del Frente Nacional de Liberación de Vietnam y mueran los totalitarios norteamericanos, aunque estos puedan elegir previamente a sus candidatos a Presidente, para que no se les cuele algún Ruin-Gallardón sin el más mínimo respaldo por parte de las bases del partido de turno.
Autor: Smith
Publicado el 4 de febrero de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.