Se diga lo que se diga, todo ha sido un desastre en la (esperemos que última) Cumbre Iberoamericana. Los furibundos ataques antiespañoles de la pandilla marxistoide que dirige buena parte de Iberoamérica, la salida tabernaria de nuestro Jefe de Estado, la defensa de Aznar (a medias) de Zeta o la total imprevisión del Ministerio de Asuntos Exteriores que mal dirige Desatinos.
Porque:
1º ¿Hay que acudir a cumbres semitotalitarias como la presente, en la que existe una aplastante mayoría de dirigentes marxistas y frentepopulistas?
2º ¿No podía Juan Carlos haber interrumpido al palabrero dictador con una frase un tanto más diplomática: "Por favor, deje hablar a mi Presidente, que está en el uso de la palabra"?
3º ¿No podía haber defendido Zeta a Aznar -cosa que, en cualquier caso, le honra- sin tener que decir memeces como que está en "las antípodas" del ex Presidente de España, como si estuviera más cerca del dictador Chavez que de Aznar? A ver si va a resultar que sólo la mala educación separa a Chávez y a Zeta.
4º ¿No podía haber tenido previsto todo esto Mr. Desatinos? ¿O a qué se dedica el Ministerio de AAEE?
5º ¿Y Trini? ¿Qué les parecía el pasotismo con el que Trinidad Jiménez presenciaba los ataques de dictador Chávez y del genocida Daniel Ortega?
En fin, poco bueno se puede sacar con gentes como las amistades que frecuenta Zeta. Al final, te salen ranas sí o sí. El Rey Juan Carlos salió, toscamente, eso sí, a defender a Aznar y se largó cuando arreciaron los ataques a las empresas españolas. Como a Zeta, le honra igualmente esa actitud. Pero yo pensaba que esas cosas, en el mundo diplomático, se resolvían con otra clase de modales. Y que a Juan Carlos le habían enseñado algo de diplomacia. Se puede mandar a la mierda a la gente sin decir "vete a la mierda". Y se puede apelar a la solidaridad sin escribir "solidaridaz". Pero, los niveles son los que son. No nos engañemos.
Autor: Smith
Publicado el 12 de noviembre de 2007
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