lunes, 9 de abril de 2018

Santiago Carrillo y Paracuellos. Testimonios (XIII): Ricardo de la Cierva

El gran historiador Ricardo de la Cierva

Ricardo de la Cierva es posiblemente la persona que mejor conoce las profundas implicaciones de Santiago Carrillo en las mayores matanzas de la Guerra Civil Española, ejecutadas en el otoño de 1936 en la provincia de Madrid. El 7 de noviembre de 1936 su padre, Ricardo de la Cierva Codorníu, un prometedor abogado, bajaba con otros cientos de compañeros de unos autobuses municipales y se encaminaba, a culatazos, hacia una enorme fosa previamente cavada cerca de la ribera del río, al pie de la escarpada cuesta donde se alza el caserío de Paracuellos del Jarama. Iban con las manos atadas a la espalda por un bramante que les hacía sangrar, no habían sido sometidos a juicio alguno y cuando se alinearon al borde de la fosa empezaron a caer acribillados por los fusiles y armas automáticas de los milicianos frentepopulistas que, encuadrados por el Gobierno de la República que añora Rodríguez Zapatero, les exterminaron sin piedad.


Ricardo de la Cierva Codorníu era hermano de Juan de la Cierva Codorníu, el inventor del autogiro, e hijo de Juan de la Cierva Peñafiel, varias veces ministro de Alfonso XIII. Su hijo, Ricardo de la Cierva y Hoces, ha investigado durante décadas las palabras y los hechos de Santiago Carrillo Solares y su conclusión es definitiva:

"Santiago Carrillo fue el encargado y responsable máximo de la represión republicana durante su período como consejero de Orden Público en la Junta de Defensa... las torpes y contradictorias excusas de Carrillo, que trata de echar la culpa de las matanzas de noviembre a los incontrolados caen por su base; en noviembre ya no había incontrolados... las milicias de vigilancia de la retaguardia estaban ya plenamente militarizadas. Santiago Carrillo recibió las estructuras represivas de Galarza-Muñoz y las adaptó, endureciéndolas según el modelo estaliniano que sugerían insistentemente los enviados especiales de Stalin, para lo que luego llamaron los comunistas, pavoneándose por el éxito, la limpieza de la retaguardia".

Ricardo de la Cierva, Carrillo miente. 156 documentos contra 103 falsedades, Madridejos (Toledo), Editorial Fénix, S.L., 1994, p. 158.

En este pasaje, Ricardo de la Cierva, hijo de una de las víctimas del sanguinario Santiago Carrillo, demuestra la certeza, como historiador que es, de que Santiago Carrillo inspiró y ordenó las matanzas de Paracuellos. Para ello destroza la más manida excusa de los sectarios frentepopulistas: ya saben, sus asesinatos eran cosa de "incontrolados". Pues miren ustedes por donde, que en este caso no era así, porque las milicias de vigilancia de la retaguardia republicano-marxista estaban ya plenamente militarizadas. Santiago Carrillo había recibido todas las estructuras represivas de Galarza-Muñoz, dos masones de pro, dicho sea de paso, y de descontrol, nada de nada. Todo bien controladito por la GPU-NKVD carrillista. Conste en acta.

Autor: Smith
Publicado el 12 de septiembre de 2006


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