Zapatero piensa visitar en septiembre al tirano marroquí. Y hablando de tiranos, es bien curioso que las visitas del estadista por "accidente ferroviario" se realicen o se reciban, preferentemente, para darle el abrazo a dictadores de todo pelaje o izquierdistas pseudo-demócratas, a poder ser en versión indigenista. Va a ser que ZP se siente a gusto con ellos y horrorizado cada vez que toca cumbre europea, de ahí que en la foto de turno aparezca siempre casi escondido y su especialidad sea cerrar textos ¡como sea, vamos!
El resultado del viaje a Marruecos no puede deparar nada bueno para España ni para la propia Europa, lo más probable es que ZP, como pago de determinados favores recibidos del morito -que ya vemos la generosidad del okupa de la Moncloa con sus cofrades etarrófilos-, se comprometa a financiar una buena parte (y hacer que la Unión Europea aporte el resto) de ese plan marroquí que pretende a toda costa un túnel o un puente entre la costa española y la africana. Es lógico, el petróleo no anda lejos de los 80 dólares y las pateras, que es el método por el que Marruecos soluciona el inmenso paro laboral en su población, gastan demasiado combustible. Mejor un puente.
El reyezuelo magrebí ha heredado de su padre el instinto depredador de territorios vecinos, sin duda se trata de una dinastía de megalómanos totalitarios que además posee una buena dosis de nacionalismo cutre y oportunista, es decir, del que se usa para adormecer al pueblo mediante al ataque propagandístico dirigido a un enemigo externo, usualmente España. ZP lo sabe, puesto que usa un método similar pero referido al PP, y por lo tanto no dudará en contentar a Mohamed, lo que le dará nuevas alas para ir ultimando su proyecto del Gran Marruecos.
Publicado el 14 de julio de 2006
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