Durante estas semanas moviditas gracias al Zapatuto y a la crisis del Gobierno de Cataluña, mucha gente se preguntaba ¿qué pensarán de todo ésto Polanco? ¿e Ibarretxe? Dos poderes reales -Imperio y Ducado-, cuyo alarmante silencio, roto ahora, daba mucho que pensar.
La reacción de ambos ha sido exactamente la opuesta: A Polancone se le han inflado las narices y se ha plantado ante el PSOE, no vaya a ser que España se fracture y el Imperio pierda cuota de mercado, que la pela es la pela. Al dueño del "Poder Fáctico Fácilmente Reconocible" no le está gustando nada lo que Zapatero está haciendo de la mano de Maragall y así, nada delicadamente, se lo señaló al portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Ibarretxe, por el contrario, ha aprovechado el tirón del Zapatuto para atacar a España. Como en los buenos tiempos, cuando aprovechaba los "tirones" de ETA para pedir lo que no se podía dar. Ni se podrá.
La posición de Ibarretxe es la típica de los locos mesianistas: habrá "un Estado español" si lo quieren "las diferentes naciones". Hace falta estar loco para decir este tipo de disparates. Primero, porque habrá "un Estado español" siempre, y segundo, porque la única nación que hay en España es España. Lo diga Agamenón o su porquero. Y hay "un Estado español" porque lo quieren los españoles y no las no-existentes naciones.
Autor: Smith
Publicado el 20 de octubre de 2005
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