martes, 19 de diciembre de 2017

Pacifismo de salón por Iberoamérica


Los descendientes de los españoles que emigraron a Venezuela no han quedado ni mucho menos satisfechos con la visita de José Luís Rodríguez Bolivarero al país caribeño. Su disfraz de pacifista universal (la verdad es que el tufillo de pacifismo de la III República Francesa que desprende parece más bien una anticualla de museo) no ha colado entre nuestros hermanos de ultramar. Y es que, dedicarse a armar a una dictadura -se mire como se mire, Venezuela es una Dictadura en manos de un tipo con un programa personal en televisión-, no puede justificarse ni desde el plano teórico, ni desde el práctico, sobre todo cuando uno va de Gandhi por todo el mundo.


Zapatero madura… no queremos dictadura”, decía una de las pancartas que exhibió el público reunido en la Hermandad Gallega para recibir al Presidente del Gobierno español. ¿Qué habrá pensado José Luis Rodríguez Bolivarero al leer esta pancarta que estuvo a punto de retirar la guardia venezolana puesta por el Gorila Rojo al servicio del ilustre huésped? Nosotros podemos contestar sin ningún género de dudas a esta pregunta: nada. Bueno, a lo sumo, ¡qué pesada es toda esta gente! Y ¿por qué? Bien, dos son las claves que Paulina Gamus advierte en las buenas relaciones de hermandad progresista, que no socialista (la propia oposición venezolana de corte socialista está que trina con la coba dada por Rodríguez Bolivarero a Chávez, como en su día lo estuvieron los socialistas chilenos que mantienen una cierta visión de futuro, con los desvelos allendistas de nuestro Presidente) que mantienen los dos mandatarios hispanoamericanos: la posición estratégica de Venezuela en el mercado del crudo y los negocios de la Editorial Santillana: o sea, él petróleo y Polanko, Polanko y el petróleo.

No le demos más vueltas: tres cosas son las que da de sí nuestro Gobierno progre en torno a Venezuela: industria armamentística, intereses petrolíferos y un lobby de tintes orwellianos. Tres ingredientes perfectos para cualquiera de los best sellers políticos tan de moda actualmente. No queremos ni pensar qué se hubiera escrito desde las páginas del diario El País si un gobierno de derechas hubiera lastrado una política tan propia de "halcones" y “condoleezzos”... ¡Ya estamos viendo la que está cayendo con el vídeo de FAES!

Ah, la Libertad, la Democracia, la estabilidad regional en Iberoamérica... Por lo visto todo ello son puras bagatelas de neocons, neoliberales y todos los neos habidos y por haber. El hecho de haber leído en varios análisis venezolanos que una posible desestabilización geopolítica en América del Sur de corte neobolivarero protagonizada por el Gorila Rojo pasaría forzosamente por el apoyo de la China comunista, de la Cuba castrista y de la España prisaica, puede parecernos más o menos plausible. Lo que ya es una patética realidad es el hecho de que nuestra nación esté siendo situada internacionalmente como un factor desestabilizador y afín a regímenes totalitarios de extrema izquierda. Y esto ya son palabras mayores.

Autor: Smith
Publicado el 1 de abril de 2005

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.