José Luis Rodríguez estuvo matriculado en alguna facultad de Derecho, a pesar de lo cual, parece que no tiene la menor idea de Derecho Constitucional. Cuando decimos que, en comparación con Felipe González, nos encontramos ante un Presidente del Gobierno radical, no exageramos lo más mínimo. Ahora, parece que ha vuelto a jugar con una vieja consigna del socialismo postfranquista: entregar Navarra a la metrópoli, “Euzkadi”.
El Partido Socialista nunca fue un partido ejemplarmente democrático. Su entreguismo a la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, disfrute de consejerías de Estado incluidas; su apuesta por la revolución bolchevique en 1934; su golpe de Estado electoral en febrero de 1936; su Gobierno totalitario durante la Guerra Civil iniciada tras el asesinato, a manos de sus militantes, del líder más destacado de la oposición parlamentaria; sus 40 años de vacaciones durante la Dictadura de Franco; el GAL; la financiación ilegal, el enriquecimiento indebido…
El liberalismo político siempre estuvo muy alejado de las propuestas socialistas, y eso se nota ahora. Y mucho. El secretario de organización, al que los “organizados” Maragall, Patxi López, Paco Vázquez y otros, no parecen hacer mucho caso, ha tenido una preclara idea a colación de la derrota del “SI” en el referéndum francés. Recuerden que el astrólogo y profeta Rodríguez vaticinó un abrumador “SI” en Francia, mofándose de Rajoy en dos sesiones parlamentarias. Concretamente, el Presidente dijo 1) que mejor que el PP se preocupara por el resultado de las elecciones vascas y las venideras gallegas, que el refrendo estaba toíto controlao; y 2) que, nada más decir Rajoy que el SI francés corría peligro, las encuestas habían disparado el voto afirmativo de los gabachos. Pero como la vergüenza le importa bien poco a Pepiño Blanco, éste ha encontrado la solución para enmendar la plana a su jefe, que va de batacazo en batacazo: que se repita el referéndum, cuando las cosas estén más tranquilas en el país galo. Repetimos: que se repita el referéndum, cuando las cosas estén más tranquilas en el país galo. ¿Repetimos? Es que es muy bueno… Para Blanco, Francia no vivía las condiciones adecuadas para celebrar el refrendo. Mi sobrina lo hubiera dicho así: “¿Jugamos?: si gano, vale; si pierdo, repetimos. ¿OK?”. Ya ven, lo poco que ha temblado Pepiño Blanco cuando, con su habitual desparpajo, nos ha vuelto a recordar la doctrina “democrática” del partido que fundara Pablo Iglesias. En la II República es lo que hicieron: Victoria en 1931, vale. Derrota en 1933, insurrección al canto. Nueva derrota en 1936, pucherazo electoral, que ya quemamos la bala del bolchevismo.
El constitucionalismo tampoco ha sido el punto fuerte del partido de Zapatero. No seremos nosotros quienes, apparatchik (Ferraz y PRISA) al margen, dudemos de las buenas intenciones, de ideólogos y votantes del PSOE. Son socialistas y, se supone, luchan por un mundo mejor: ya saben, más igualdad, más fraternidad, más reparto… Y, aunque ni siquiera compartamos estos valores desde el enfoque que habitualmente dan, el problema es que el PSOE demuestra diariamente no creer lo más mínimo en el sistema político que los españoles se otorgaron en 1978. Si había que terminar con ETA en los años 80, se creaba el GAL. Si hay que terminar con ETA en el siglo XXI, se rompen las reglas del juego y se negocia lo que sea.
En estas cuitas se debate José Luis Rodríguez, al que, según una noticia a la que en el post anterior nos hacía referencia un amable lector, ETA le podría haber propuesto, entre otras cosas, la celebración de un referéndum en Navarra sobre la anexión del viejo reino a la región domeñada por los sabinianos. Según fuentes consultadas por Elsemanaldigital.com, y dado que ZP no tiene Poder para convocar dicho refrendo, el Presidente español habría trasladado la disparatada propuesta a Miguel Sanz, presidente de la Comunidad Foral de Navarra. Este, naturalmente, le habría contestado a ZP: “¿Estas chalado o qué? Mira, en Madrid, haz lo que quieras, pero a Navarra no la metas en tus cambalaches. Yo no voy a dejar a Ibarretxe que presente su plan en el Parlamento Foral, como hiciste tú en las Cortes Españolas. Ni voy a entregar a ETA nada, ni siquiera un referéndum que tengamos ganado los constitucionalistas de antemano. Hay cosas que no se pueden poner en juego. Por anticonstitucionales y porque atentan a la dignidad de Navarra”.
Y, efectivamente, es que hay cosas que un liberal nunca pondría en juego: la unidad de su país, las reglas de juego, la Constitución, etc. Pero ésta nunca ha sido la norma de la casa Ferraz. Y menos, con Rodríguez, que, a cambio de pasar a la Historia de España con el nombre de Zapatero el “Pacificador”, está dispuesto a reintegrar a Batasuna en el Parlamento Vasco, dejar a Ibarretxe que presente su Plan anticonstitucional en las Cortes, poner en juego Navarra mediante otro refrendo anticonstitucional, modificar los Estatutos del País Vasco y Cataluña, rebasando todo lo rebasable y por rebasar del texto constitucional… No. La Constitución no es la Biblia de Zapatero. Eso está claro.
Autor: Smith
Publicado el 31 de mayo de 2005
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