Socialismo no es igualdad

Leamos el siguiente titular de ABC (28-09-04): "Cataluña logra que la matrícula de los coches incluya un distintivo autonómico". No vamos a restar importancia al hecho de que los coches se conviertan ahora en vehículo del tribalismo carpetovetónico; ni al hecho de que los vendedores de coches de segunda mano estén que trinen porque, en adelante, un conductor de Huelva se pensará dos veces comprar un coche matriculado en Tarragona con el "CAT" y la banderita barrada de regalo, en vez de la clásica radio-CD; ni al hecho de que mientras Europa está sumergida en un proceso de globalización para hacer frente a los nuevos retos mundiales, aquí regresemos a las cavernas a ritmo frenético. Para mí, que lo importante de la nueva medida que va a tomar el Ministerio del Interior es la demostración de que el PSOE opta, una vez más, por la desigualdad autonómica y por el desprecio hacia lo que las provincias españolas son y representan. Provincias que ayudaban a equilibrar los distintos poderes nacionales y que, con el paso del tiempo, terminarán desdibujándose a favor de las regiones y "nacionalidades".

¿Qué poder tendrá el Gobierno de Cataluña sobre el de España para que baste una reunión de la consejera de Interior de la Generalidad, Monserrat Tura, con el ministro de Interior de España, el Sr. Alonso, para que la vieja aspiración de Jordi Pujol, de tener identificados todos los coches de su patria catalana, se vea hecha realidad? ¿Cosa de ERC o del PSC? Igual da, porque tanto monta, monta tanto... Aquí lo importante, una vez más, es que el PSOE, partido de la igualdad, del paritarismo sexual, de la defensa de los "pobres", "oprimidos" y "obreros" vuelve a la carga con una medida pergeñada por una comunidad autónoma cuyo Gobierno parece tener un ascendiente claramente anticonstitucional sobre el Gobierno de España. Vuelven las autonomías de primera, los privilegios feudales y los fueros regionales. Y todo ello de la mano de un partido que se dice "socialista". ¿Cabe mayor desatino?

Autor: Smith

Artículo publicado el 29 de septiembre de 2004