| José Manuel Soria López. | 
"María, he recibido tu ponencia. ¡Arriba España!". Así, con ese ¡Arriba España!, José Manuel Soria López, hombre fuerte de Rajoy en Canarias y componente de la Comisión para la ponencia política del partido, acusó de fascista a María San Gil. Y además lo hizo al más grosero modo izquierdista radical: mediante una expresión indirecta que casi sería el equivalente a una despedida con el vocablo “Hail”, lo que inocentemente no es más que un saludo antiquísimo, equivalente al “Ave” romano”, pero que todo el mundo relacionaría con Hitler, un genocida repugnante.
¡Arriba España!, exclamación que para los falangistas suena la mar de bien, a los españoles no entusiastas del antiguo régimen nos sugiere un desprecio premeditado si quien la usa lo hace fuera de la Falange, por cuanto la exclamación, de lo más válida en su literalidad —solamente los antiespañoles no se mostrarían de acuerdo en una trayectoria ascendente de los valores y el bienestar de España, que es lo que en realidad significa la frase—, alude directamente a una etapa dictatorial que consideramos superada en cuanto a las libertades políticas, que del resto de libertades casi mejor no hablar. 
El partido único o Movimiento, creado por el general Franco, integraba a varias familias: monárquicos alfonsinos, monárquicos carlistas y falangistas de todo tipo, entre otras. Si bien lo cierto es que la mayoría de la población que secundó el franquismo, o se adaptó a él, lo único que pretendía es vivir sin el acoso permanente de ese Frente Popular que cuando no se dedicaba directamente al asesinato y el estrago, hacía la vista gorda cuando otros actuaban de tal modo o evitaba reprimir a los criminales. En la Falange, a su vez, hubo varias corrientes, alguna de ella claramente fascista. Pues bien, a ese falangismo fascista es al que hoy, con toda intención, se le atribuye el ¡Arriba España! Quien usa la frase para relacionarse con una persona demostradamente demócrata, caso de María San Gil, lo hace con el insano propósito de insultarla.
La conclusión que puede extraerse de tan revelador SMS —una sola frase describe lo que pasa por la mente de Soria—, es que en las filas del PP comienza a imitarse la política soez y propagandista de los zapaterinos. Y algunos peperos, además, mientras pretenden ser simpáticos con los nacionalistas, sólo actúan así de puertas para dentro, sin atreverse a usar expresiones semejantes ante determinados políticos de otros partidos que realmente las merecen, caso de los fascistas de Esquerra, por ejemplo. En resumidas cuentas, Soria ha demostrado hallarse al mismo nivel de bajeza del peor de todos ellos, el más “sinescrúpulos”: Pepiño Blanco.  Decididamente, no es este PP lleno ahora de “frikis” del todo vale el que me apetece respaldar, ni pienso hacerlo. Mariano, ¿y tú hablas de que nadie cuestione tus principios mientras permites estas cosas? ¡”Amos”, anda!
Autor: Policronio
Publicado el 2 de junio de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.