Así como no podemos tener una idea exacta del político que calla o habla poco (ocurrió con Zapatero en su época de culiparlante), es mucho lo que se sabe del lenguaraz compulsivo que exige silencio a otros para que no revelen las martingalas y fechorías en proyecto. Tal sería el caso de Rubalcaba, un sujeto que en Internet es más conocido por ‘RuGalcaga’, entre otras lindezas que le vienen al pelo. Lo de pelo es un decir. El fulano en cuestión, que de nadie se fía y de todos recela, es tan sumamente aficionado a las intrigas de caverna o alcantarillas —“El hombre que vive entre intrigas durante algún tiempo no puede pasarse sin ellas; cualquier otra forma de vida le resulta lánguida”—, que siente pánico ante la simple idea de que sus colegas de partido confirmen mediante alguna indiscreción lo que se ve venir desde hace tiempo: La tremenda bajada de pantalones del gobierno zapaterino, conducida ahora por el vicepresidente político-represor, ante los sanguinarios etarras, a los que va a regalarles unas cuantas listas electorales blanqueadas, no sé si en cal viva o talco perfumado, y no pocas excarcelaciones de asesinos arrepentidos pero sólo de seguir en prisión.
Rubalcaba lo hará de tal modo, que nadie lo dude, al objeto de que antes de las elecciones los etarras monten el consabido paripé de la tregua indefinida y la mantengan hasta las generales de 2012. Un paripé que a la postre sólo servirá para que el mundo de los asesinos se rearme, se reorganice y se reabastezca de pasta, que esto de matar y delinquir a todas horas cuesta lo suyo y además hay que renovar la logística. Así que la cadena de producción del terror, en espera de que vuelva a ganar el PSOE y asigne a los etarras la misma subvención que a los cejateros, eso como poco —pobrecitos criminales, de algo tienen que vivir—, quedará paralizada y sólo permanecerá activa la división extorsionadora, que es la que emite esas mismas cartas, y luego cobra lo estipulado, que el gobierno niega siempre que se estén enviando aunque depositen un saco lleno de ellas en cada escaño de la bancada socialista. Lo negarán siempre, repito, aunque el matasellos corresponda a tres meses después del paripé. La culpa será de Correos o de los antipatriotas que denuncien un hecho tan evidente.
Cree así, Freddy el químico, que pasando desde el silencio más atronador al atronador despliegue propagandístico del fin de la ETA —todos los medios adictos, que no son pocos, tienen preparadas ya las planchas de offset con este titular: “ETA se disuelve”—, logrará aturdir tan eficazmente a la ciudadanía, que el simple y multitudinario anuncio de la noticia-misil, de segunda generación (2.0) —recordemos que en la víspera del 11-M se hablaba ya de un súper misil socialista—, volcará en cuestión de horas, por supuesto a su favor, unas encuestas que han llegado a distanciarle hasta en 14 puntos del Partido Popular, 14 puntos de momento y a pesar de las manipuladas listas del INEM. Y eso duele, con o sin el silencio de los colegas parlanchines del PSOE. Y eso inquieta, con o sin Mariano Rajoy enseñando el plumero. Y eso escama a quien ha venido a dar un golpe de estado palaciego al más inútil de cuantos mandatarios ha tenido España desde los tiempos de Gárgoris para acá: Un tal zETAp, nunca mejor dicho.
En resumidas cuentas: Rubalcaba aspira a traspasar de un plumazo mediático, sin duda alguna atronador, a los componentes de las enormes colas del INEM y enviarles en dirección a los colegios electorales. Con todo el desahogo del mundo, aspira a que los cinco millones de parados sustituyan la solicitud de empleo por la papeleta del PSOE. Eso sí, entretanto nadie puede hablar, no conviene que se chafe la guitarra. Y menos que nadie el pardillo Zapatero, todo un supuesto vivo, hasta hace poco, que se encuentra ya en estado moribundo.
Autor: Policronio
Publicado el 29 de octubre de 2010
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