lunes, 6 de agosto de 2018

Atutxa sigue echándose unas risas


Multa e inhabilitación para Atutxa. A buenas horas mangas verdes. Incluso si la sanción económica se confirmase -se habla de 108.000 euros-, tocaría a menos de un euro por peneuvista satisfecho o filoterrorista favorecido de forma extralegal. Y si se analiza el periodo de inhabilitación al que supuestamente han condenado a este pájaro, ahora que está alejado de la política activa y hace tiempo que los suyos lo colocaron en la Fundación Arana, donde la política se practica igualmente y no es menos vomitiva, pues entonces apaga la luz, echa la llave y tírala al río. Menuda justicia es esta que condena a alguien a reírse a carcajadas. Claro que si se tiene en cuenta que el fiscal del caso, a las órdenes de una cadena de mando que concluye en ZP, pedía el sobreseimiento, algo es algo.


Digamos que para los demócratas que en su día criticamos el "no me sale de las narices" del tal Atutxa, esta sentencia de la señorita Pepis no deja de ser una victoria moral en las condiciones de insalubridad que se ha producido. Y al fin y a la postre es una nueva prueba de que, en la era ZP, la Justicia además de ciega es cojitranca, y por lo tanto no está en condiciones de enfrentarse eficazmente a esos delincuentes que, por poner otro ejemplo, colocan la bomba en la T-4 y al día siguiente se corren una media Maratón. En absoluto es así la hiperactividad respecto a la Justicia, que para ser eficaz debería poseer la velocidad de un corredor de 100 metros y la resistencia, en la persecución perenne de los casos, de los marchadores fondistas. A menos, claro está, que como en el presente caso se pretenda que las sentencias muevan a pitorreo y dejen en la calle a futuros socios políticos de los que ahora mandan. De todo ello se deduce que España está como está, hecha unos zorros, gracias a una política socialista -a la que el PP no es ajeno- que usa la Judicatura para que le dé respaldo a sus arbitrariedades de gobierno o sus planes a medio plazo. 

Eso sí, bueno sería que Atutxa no fuese el primer político incumplidor de la Ley en medio caer a besos, lo ideal es que a éste le siguieran otros muchos. Porque abundar, abundan. Y a poder ser con sentencias ejemplares, de las que hacen meditar antes de pasarse las leyes por la entrepierna o despreciar a los tribunales. 

Autor: Policronio
Publicado el 22 de enero de 2008

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