viernes, 5 de octubre de 2018

España, una gran nación que fue

Valores prohibidos por el actual régimen social-zapaterino, con el apoyo entusiasta de los nacional-separatistas.

Nadie mejor que Elentir para informarnos día a día sobre el tema más infame que este gobierno de desalmados —nunca mejor dicho— se trae entre manos: La destrucción de la vida como un acto complementario más de ese “todo vale” zapaterino que sin duda pretende, en un repugnante proyecto de ingeniería social que jamás se atreverán someter a referéndum, desarmar cualquier valor enraizado entre los españoles que le impida al Poder socialista disponer a su antojo de nuestros votos y eternizarse así en el poder.


Por eso, a través de los planes gubernativos para el fomento del aborto libre, planes en los que se incluye la actividad sexual desenfrenada entre menores —mejor follar que educarse, con perdón—, han facilitado que nuestras adolescentes puedan adquirir, sin receta médica alguna, esa bomba hormonal conocida como píldora abortiva del día después, que presumiblemente, en no pocos casos, será de consumo semanal y determinará la pérdida de la salud de numerosas jovencitas. No importa, ¡todo vale!

El socialismo zapaterino sabe de sobras que activando al máximo la degradación de la moralidad puede llegar a lograr su gran objetivo: la ruina definitiva de la familia, soporte básico de una sociedad libre desde los tiempos de Roma hasta nuestros días. Soporte familiar básico, repito, que el marxismo pretendió siempre eliminar para sustituirlo por el Estado, donde los hijos jamás eran de los padres sino que pertenecían al “Pueblo”, a papá Estado. 

El socialismo zapaterino hace tiempo que nos viene mostrando su trayectoria vil: Destrucción de la vida —la eutanasia no tardará en llegar—, desprecio de la educación como utilidad fundamental para las siguientes generaciones —adocenadas en Educación para la Ciudadanía—, persecución de los valores morales y tradiciones —muy especialmente los éticos y religiosos—, descrédito de las instituciones —asalto a la separación de poderes—, permisividad ante cualquier acto de ultraje a la nación española… Y eso sin hablar de cómo nos está arruinando el bienestar económico mientras va repartiendo dádivas y canonjías entre sus allegados.

¿Es este el gobierno que nos merecemos? ¡Probablemente sí! Comienzo a creer, visto que no hay una auténtica revuelta social que se oponga a tanto despotismo y pillaje, que los españoles no valemos un pimiento y que muy probablemente ya hemos sido atrapados en una siniestra trampa mortal de la que no es posible salir. Mortal no solamente para la vida, sino esencialmente para la libertad de la sociedad entera, es decir, para el conjunto de España, una gran nación que fue. 

Autor: Policronio
Publicado el 20 de mayo de 2009 

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