lunes, 20 de agosto de 2018

La farsa del contumaz Ibarretxe

Gobierno Ibarretxe.

Pues no nos ha salido hoy Ibarretxe hasta con las papeletas impresas de ese famoso referéndum-chantaje que venía anunciando desde que San Sabino era español. ¿Ver para creer, vivir para ver! Si este hombre hubiese pensado alguna vez durante diez segundos seguidos, en lugar de usar una parte del cráneo para golpear con ella las obras completas de la Constitución española —el libro madre y las leyes que la desarrollan— y con ese tomo alisarse el tupé —la calva de la coronilla ya es imposible de alisar más—, hubiese reparado que sin la Ley de leyes que quiere conculcar —pisotear, para los amigos— él no sería presidente de la Comunidad vasca ni ese territorio español contaría con un estatuto de autonomía que les hemos concedido todos los españoles. Ojo, he dicho autonomía, no ilegalidad nacionalista cargada de desbarajuste a capricho. 


El mutxatxuelo alavés, es decir, en su condición de semi-vasco y converso nazi, plantea hoy dos preguntas que no voy a molestarme en reproducir aquí, basta indicar que en la primera de ellas les pide a los sanguinarios de la ETA que sean unos nenes buenos —la ausencia de violencia de los cojones, con perdón— y ahí se acaba todo. Ni les condena por sus actuaciones desalmadas, no vaya a ser que los del PCTV voten en contra, ni les da un aviso en el sentido de que les echará la Ertzaintza encima, lo cual sería casi inédito. Y además hace toda esta comedia, rodeado de sus consejeros, el mismo día que nos hemos enterado, vía Interior, de que la banda de asesinos ha recompuesto ya su cúpula, lo que sin duda evidencia el deseo angustioso de esos malnacidos etarras de abandonar las armas. Es más, la Fiscalía francesa acaba de negar que Thierry, detenido la semana pasada o la anterior, fuese el canalla número uno de esa caterva de hijos de p.

En su segunda pregunta a los enfervorizados residentes en Vasconia —los que dejaron de poseer ese fervor sabiniano hace mucho tiempo que ya no residen allí o se encuentran amenazados de muerte por tierra, mar y aire, según Iñaki Ezquerra—, el delincuente potencial Ibarretxe —quien vulnera las leyes es un delincuente—, plantea un referéndum de independencia para el año 2010. Vamos, una secesión en toda regla que los futuros infractores enmascaran como “derecho a decidir”. Que es algo así como proclamar el derecho a tenerla más larga, en el caso de los vascos, o el derecho de las vascas a tener los pechos más grandes. De nuevo con perdón. Y claro, si es algo aprobado por el parlamento de una comunidad que aún no ha conocido la democracia, como consecuencia de un gobierno eterno del PNV nada interesado en ella, y luego en la consulta votan a favor los vascos que no han huido o no están amenazados, pues no hay duda de que todo es muy, pero que muy legal y democrático, término usado solemnemente en la segunda pregunta.

Y digo yo, no sería cuestión de que ZP, si es que tiene lo que hay que tener, hiciese un buen pedido de tanquetas para la Guardia Civil, y en los dos años que faltan hasta el 2010 se dedicase a construir en los Monegros —me vale cualquier otro paraje similar— una cárcel de máxima seguridad destinada a delincuentes políticos que se saltan las leyes a la torera. Y anda que no se le ha avisado a este contumaz de Ibarretxe. ¡Que no puede ser, que es ilegal ese referéndum, que te cargas España y tú no eres nadie para hacer algo así! Pues no hay modo, el tipo posee vocación de presidiario. Será cuestión de que alguien le mande las memorias inéditas de Lluis Companys, ese otro nacionalista que pasó directamente del balcón del palacio de la Generalitat, donde proclamó el estado catalán, a un camarote del barco prisión anclado en el puerto de Barcelona. Y que no se me olvide, luego fue condenado a 30 años de prisión por el Gobierno de la República. Naturalmente, fue amnistiado en cuanto el Frente Popular —socialistas, comunistas, republicanos jacobinos— asaltó el poder en febrero del 36.

Autor: Policronio
Publicado el 28 de mayo de 2008

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