domingo, 19 de agosto de 2018

¿Es UPyD, el partido de Rosa Díez, una nueva jaula de grillos?

La ira de algunos no beneficia en nada a UPyD.

Mi compañero Elentir, con un excelente criterio selectivo respecto a lo que debería interesarnos de la política —al menos a los que declaramos sin complejos nuestro patriotismo y amor a España—, ha destacado en su blog personal, Contando Estrelas, lo que parece ser hasta el momento uno de los fiascos más notables de Rosa Díez, su abstención respecto a una clara propuesta del PP que podría resumirse en esta frase: “Todos los ciudadanos tienen derecho a utilizar y estudiar en castellano en todas las etapas del sistema educativo, garantizando el bilingüismo equilibrado e integrador en las comunidades que tengan lengua cooficial”.


A ver qué aclara Rosa sobre su abstención en el Congreso, porque en el caso de no facilitar una explicación satisfactoria, y bien argumentada, el fiasco puede convertirse en rechazo para los que consideran a UPyD la formación alternativa, si se quiere temporal, mientras en el PP no establecen unos objetivos menos ambiguos. No estaría de más recordarles a los lectores que de UPyD se habla como del partido ideal para entregarle el voto en las próximas elecciones europeas y de ese modo darle un serio aviso a Mariano Rajoy. Pero, claro, si Rosa va absteniéndose en este tipo de votaciones tan significativas, ni europeas ni nada. Que con su pan se lo coma.

Algún interviniente de ese artículo de Elentir, incluso citando expresamente el caso de Cataluña, alude a veleidades nacionalistas dentro de la formación UPyD, lo cual sería bastante grave y haría pensar que nos hallamos ante otro grupito político cargado de ambiciones personales como única doctrina. Ahora bien, el problema de Rosa Díez es que no puede conocer ni de lejos a todos sus aspirantes a cargos públicos y ha debido colársele más de un trepa, incluso rebotado de otros partidos. El ejemplo más claro lo tenemos en El Ferrol, donde podría afirmarse que algún militante de UPyD más que ideología posee egolatría y se encuentra muy alejado, a causa de su instinto prepotente y dogmático, de esa socialdemocracia patriótica que Rosa lidera.

Si bien parece lógico que de momento prime la cantidad sobre la calidad, porque un partido serio necesita varios años para ir seleccionando a sus cuadros, lo realmente peligroso es no actuar sumariamente ante los conatos regionales encaminados hacia el mundillo nacionalista. Y es que los estatutos de los partidos, tal y como veo que en la actualidad se incumplen, parece que se hayan establecido con el único fin de que sean aprobados por el ministerio correspondiente. Lo mismo podría decirse de los programas electorales, que se los pasan por el forro cada vez que les interesa. Y en ese aspecto no hay formación política que no haya defraudado. En cualquier caso, Rosa debe decidirse: Calidad o cantidad. A tiempo está antes de que se le enquisten los ambiciosos y los ególatras.

Autor: Policronio
Publicado el 15 de mayo de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.