sábado, 18 de agosto de 2018

Prioridades de Defensa


Uno de los nombramientos más polémicos de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el de Carme Chacón como ministra de Defensa. Se ha puesto mucho énfasis en su condición de joven mujer embarazada como un hito histórico en España. En realidad, es un tema irrelevante, que sólo es trascendente para el presidente del Gobierno en su pueril empeño de ser el primero en todo, o en su afán de desviar la atención de lo que realmente importa.

No seré yo quien le pida a la ministra que conozca la diferencia entre un pizarro y un rebeco, o que sepa cuántas y qué tipo de aeronaves puede llevar en sus entrañas el Príncipe de Asturias o el Juan Carlos I.


No es eso lo que debe saber un buen ministro de Defensa. Lo que sí debe tener y además dejarlas muy claras son sus prioridades al mando del ministerio. Y aquí es donde la ministra me hace dudar de su capacidad para dirigir este departamento. En su discurso, la señora Chacón manifiesta que, como mujer, uno de sus principales objetivos será la plena equiparación de nuestro sexo en las Fuerzas Armadas.

Pues mire, no. Se equivoca usted de pleno. Ese cometido déjeselo a su colega la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que para algo le han creado un ministerio y tendrán que dotarlo de contenido. Como ministra de Defensa, usted debería partirse la cara con el ministro de Economía para subir ese exiguo 1,2 por ciento que tiene de gasto en defensa, que en 2007 en otros países, según la OTAN, ascendió al 3,8 % de Estados Unidos, el 2,3 % de Gran Bretaña, el 2,4 % de Francia, el 2,8 % de Turquía, el 1,3 % de Alemania... —si quiere, le preparo una chuleta—. Porque como ministra de Defensa, su principal objetivo debe ser equipar a nuestras tropas con los mejores medios disponibles para realizar su cometido, tanto en el exterior como en el interior. Infórmese señora ministra de las quejas que tienen nuestros militares, pero le aconsejo que lo haga fuera de los círculos de mandos serviles al poder, ya que si no, no se enterará de nada.

Carro blindado serie "Pizarro"

Y ya puestos, deje el discurso de que nuestras fuerzas armadas están para defender el compromiso por la paz y seguridad en el mundo. Nuestras fuerzas armadas tienen su cometido muy bien definido en la constitución y no es precisamente el reparto de magdalenas y tiritas.

Otra cosa es que, dependiendo de las alianzas estratégicas de nuestro gobierno con ciertos países, usted se vea obligada a enviar tropas por esos mundos de Dios... y por cierto ¿repatriará a nuestros militares muertos con nocturnidad y alevosía como en ocasiones precedentes? ¿Les rendirá los debidos honores? ¿Revisará las condiciones materiales y humanas de nuestras misiones? ¿Comprobará la situación en la que quedan sus familias? y ¿se compromete usted a desarrollar la Ley de la Carrera Militar? Si es así, perfecto. 

Podría usted revisar el estatus militar de la Guardia Civil o regular que nuestros militares tengan derechos asociativos... y, de paso, si de verdad se cree lo de nuestras tropas reconocidas, respetadas y queridas por los españoles, vuelva a la sana costumbre de celebrar el Día de las Fuerzas Armadas y su preceptivo desfile de forma itinerante por la geografía española. Enfréntese a sus colegas de gabinete y de otros partidos que pondrán el grito en el cielo al ver los pizarros, los rebecos y la tropa desfilando por la Diagonal de Barcelona, por poner un ejemplo.

Hágalo, cumpla las expectativas y se ganará el respeto de los militares. Y el mío.

Autora: Ángeles Ribes (Firmas invitadas)
Publicado el 28 de abril de 2008

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