2 de marzo de 2004. Pabellón Príncipe de Asturias en Murcia. 4.000 personas asisten a un mitin del entonces candidato Zapatero. Le escuchan pronunciar las siguientes frases: “El PP ha dividido y enfrentado a los españoles con el Plan Hidrológico Nacional... yo haré que Murcia tenga agua, además de tren de alta velocidad, cuyas obras culminarán en 2010”.
Del AVE, o como se llame ahora, ni me molesto en decir nada, porque después de dos años de ese asunto nunca más se supo. Un AVE que en el 2010 llegase a Murcia, cuando esas obras ni siquiera se han licitado, sería más difícil de entender que la caída de las murallas de Jericó a los sones de las trompetas. Ahora se habla del 2020 y ya veremos. Así, pues, hoy me ocuparé nuevamente del agua, ya que han transcurrido más de dos años y lo lógico sería pensar que Zapatero contaba con un plan alternativo al PHN en el momento de formular su solemne promesa.
Bien, pues al parecer no había plan alternativo distinto al de la infame intención de parar sin más el PHN. El desvergonzado sujeto prometió y prometió bajo el convencimiento de que no ganaría las elecciones. De modo que llegó accidentalmente al gobierno y le encargó a la ministra Narbona que elaborase un proyecto alternativo el trasvase del Ebro. La señora se tomó su tiempo, porque la verdad sea dicha no tenía ni puta idea de como salir del paso, y aun cuando disponía del Libro Blanco del agua elaborado por el PP en 1998, lo primero que hizo, el 5 de julio de 2004, fue anular el trasvase del Ebro mediante un real decreto (ilegalidad manifiesta) que reformaba el PHN. Es decir, usó un decreto para cepillarse toda una ley orgánica.
Pero a lo que iba. Un año y medio más tarde, el 28 de octubre de 2005, por fin apareció el ahora famoso “Programa A.G.U.A.”, que se supone debe satisfacer las necesidades de los habitantes del Levante español, desde Castellón hasta Almería. Repito que la ministra se tomó un año y medio para elaborar el Plan, lo que demuestra sin la menor duda que cuando Zapatero prometió agua en Murcia o en Valencia, y vaya si lo hizo, sus promesas fueron las de un irresponsable que nada había planeado ni programado y que le daba lo mismo prometer ocho que ochenta con tal de salir elegido. Todo un sinvergüenza.
Dos años tirados a la basura, en plena sequía, y Europa echándoles la bronca. Ahora se ha sabido que la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea le ha pedido cuentas al Ministerio de Medio Ambiente de España sobre el estado de unas obras que se les presentaron, a efectos de subvención, como “actuaciones urgentes en el Arco Mediterráneo”. Sólo daré una cifra para no cansar los lectores de Batiburrillo: las cacareadas medidas urgentes que debían aportar toda el agua que se necesitara se encuentran en un nivel de ejecución del 0,18 %. Repito, 0,18 % de actuaciones urgentes ejecutadas después de dos años de promesas y más promesas.
El resto de la información sobre el Programa A.G.U.A, donde se habla de un importe de 4.312 millones de euros (informe en PDF), puede verse en la Web del Ministerio. Por supuesto, Europa le reclama a la ministra que presente un informe detallado antes del 30 de junio si quiere acogerse a las subvenciones europeas. ¿Lo hará? Cualquiera sabe, a esta gentuza todo les da lo mismo si la cosa no procede de los nacionalistas catalanes o vascos. No me extrañaría, como he leído ya en algún sitio, que la tipa Narbona acabase por enviarnos un mensaje a los murcianos: “Agua no puedo darte, pero te regalo una cantimplora y una varita de avellano para que la busques”.
Publicado el 27 de marzo de 2006
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